Se hizo cazadora para que su hijo de 14 años pudiera cumplir su sueño de ser cazador y abate su primer jabalí

Cristina se ha hecho ‘novia’ montera abatiendo un jabalí a 110 metros de distancia con su escopeta del calibre 12 Beretta 301. El cochino abatido por la cazadora se trataba de un macho de 90 kilos.

Todos querríamos una madre así

Cristina Viartola se hizo cazadora para que su hijo, menor de edad, pudiera practicar la caza junto a ella como acompañante adulta, y ahora su pasión por la caza no tiene límite. El domingo por la mañana, a las 7:15 horas, recibió un mensaje de WhatsApp de un grupo de compañeros que tenían la intención de organizar una batida de jabalíes en el coto de la localidad natal de la cazadora, gestionado por la Sociedad de cazadores San José, en el término de Sádaba, municipio de la provincia de Zaragoza que pertenece a la comarca de las Cinco Villas.

La escopeta y el jabalí que abatió la cazadora a más de 100 metros.

Los podencos levantan al jabalí

En la cacería participaron siete cazadores, seis monteros y un rehalero. Batieron en corto sin suerte varias zonas del coto en la que normalmente se encuentran encamados los jabalíes. Cuando se iban a dar por vencidos, los seis podencos andaluces que participaban en la cacería levantaron un jabalí. El cochino se dirigió hacia el lugar en el que estaba apostada Cristina.

Intentaba huir por una zona arada. La distancia de disparo era de más de 100 metros, pero la cazadora apretó el gatillo de su escopeta semiautomática. La primera bala, una Brenneke de la marca JG de 39 gramos que salió del cañón del arma impactó en el suelo a un metro del jabalí. La montera rectificó el disparo, y el segundo proyectil derribó al jabalí.

Lloró de la emoción

La cazadora rompió a llorar de la emoción. Nada más llegar al lugar en el que se encontraba Cristina, todos sus compañeros la abrazaron y felicitaron. Todos ellos eran conscientes de los 18 meses de sin sabores que había vivido la montera hasta llegar este día. Había asistido a más de una veintena de cacerías sin haber tenido la oportunidad de abatir un jabalí. Su constancia y su perseverancia por fin dieron sus frutos. La cazadora ha querido compartir con Club de Caza y todos sus lectores este sueño cumplido.

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