Granada

Un gran jabalí embiste a un cazador mientras cazaba al salto

Un jabalí de más de 130 kilos embiste a un cazador mientras caza al salto con sus podencos andaluces. Los reflejos del podenquero evitaron que el impresionante cochino lo hiriera con sus espectaculares navajas.


 Caza jabalí que le embestía 130 kilos
Caza jabalí que le embestía 130 kilos

El impresionante jabalí fue abatido a menos de dos metros del cazador. El animal, al encajar el disparo a bocajarro, arrastró en su caída al podenquero hasta el borde de un barranco. Según este, "Las piernas me continuaban temblando pasados varios minutos después de haberlo abatido".

Caza al salto de jabalíes con podencos andaluces

Juan Miguel Vico Iglesias es el podenquero granadino que vivió este peligroso lance.

Nació en la provincia de Granada en la localidad de Montejícar, situada en la parte septentrional de la comarca de Los Montes, aunque lleva varios años afincado en el municipio jienense de Mancha Real.

Juan Miguel es cazador desde que tiene uso de razón. Las modalidades que practica habitualmente son la caza al salto de jabalíes y conejos con podencos andaluces.

El jueves vivió un lance que difícilmente podrá olvidar. Mientras cazaba en mano junto a su cuadrilla en una mancha de zarzas y espinos le embistió un gran cochino.

Un lance con un desenlace inesperado

La mañana transcurrió sin que los perros detectaran la presencia de ningún jabalí. A las 12 del mediodía los podencos levantaron una piara de su encame. La cuadrilla abatió una cochina de 70 kilos e hirió a otro ejemplar que se dirigió a refugiarse en un zarzal situado a 200 metros de las camas. El podenquero corrió tras el jabalí junto a sus canes para intentar rematarlo.

Al llegar al mato, los perros ladraron de parada marcando en su interior la presencia del cochino. En todo momento pensaba que se trataba del animal herido o alguno de los integrantes de la piara. Pasados varios minutos, cuatro de los perros entraron en la espesura. En el interior del zarzal se produjo un duro enfrentamiento, pero el jabalí no salía de su ocultación.


Juan Miguel junto al jabalí de 130 kilos que casi le embiste. El jabalí sobrepasó los 130 kilos cuando lo pesaron los cazadores.

Un gran jabalí estaba encamado en el lugar que esperaban encontrar el cochino herido

Los matorrales estaban rodeados por todos los integrantes de la cuadrilla para evitar que el cochino pudiera escapar sin ser visto. Instantes más tarde, todos los perros huyeron despavoridos del interior del zarzal buscando la protección del cazador.

Juan Miguel, sorprendido, ya que jamás había visto comportarse así a sus perros, se decía así mismo "¿qué habrá ahí dentro? El jabalí herido no puede ser ni ninguno de los integrantes de la piara. Tiene que ser algo muy grande".

Se hizo el silencio en el interior de la zarza. Los perros se negaban a volver a la maleza pese a las continuas arengas del podenquero. Disparó dos veces al aire para intentar asustar al animal que se ocultaba en el interior de la espesura. Al oír las detonaciones, algo se movió en el interior del zarzal.

El jabalí arroyó al cazador

El cazador se acercó junto a sus perros para intentar ver al animal que se refugiaba allí. Al aproximarme al mato, los canes se armaron de valor y volvieron a entrar en la vegetación. Segundos más tarde oyó venir a los podencos corriendo otra vez hacia el exterior.

Su experiencia le decía que el jabalí venía tras ellos. Se encaró su escopeta superpuesta del calibre 12 de la marca Laurona. El cochino irrumpió a 1,5 metros de él. Como pudo, le disparó a bocajarro. La bala impactó en la paletilla del macareno. 

Pese a la corta distancia del disparo, el jabalí intentó huir por una pendiente. El segundo disparo lo realizó al bulto a 2 metros de distancia. Nada más sufrirlo, el solitario se derrumbó. La pendiente lo hizo caer rodando en la dirección en la que se encontraba el podenquero. Cayó al suelo dando vueltas varios metros junto al jabalí hasta detenerse al borde de un barranco.

130 kilos y largos colmillos

El cochino pesó más de 130 kilos. Es el mayor ejemplar que ha cazado en su vida pese a que el primer jabalí lo abatió con tan sólo 15 años. El solitario tiene una espectacular boca. Sus colmillos miden más de 7 centímetros en la parte exterior de las mandíbulas.

Según el taxidermista alcanzará al menos la medalla de plata. El otro jabalí herido fue cobrado más tarde por los perros.

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