Pesca un sargo de 3 kilos y solo tiene 5 años

Este joven pescador, orgullo de su padre y de su abuelo pese a su corta edad, en la mayoría de las jornadas de pesca en las que participa practica la modalidad de captura y suelta, demostrando a la sociedad la sostenibilidad de la pesca deportiva.

Más de 3 kilos de sargo pescado por el jovencísimo Yeremay.

Un pequeño gran pescador

Yeremay Hernández es un joven pescador majorero de tan solo 5 años. Estamos hablando de un gran apasionado a la pesca, al igual que su padre Borja y su abuelo Juan Francisco. Practica las modalidades de pesca a spinning, boya y de muestra. Pese a su corta edad, el día 7 de mayo, mientras practicaba la pesca a muestra de lubinas y mújoles con la caña. Acompañaba a su padre en un espigón de la isla de Fuerteventura, segunda isla más grande de las Islas Canarias. Hacía uso de una caña con 1,45 metros de longitud y un carrete de la marca Grauvell que le habían regalado en su último cumpleaños. No imaginaba que un enorme sargo, que el padre asegura que pesó 3,170 kilos, iba a convertirse en la captura del día.

Yeremay posa con el mújol que ha pescado antes de soltarlo de nuevo al mar.

Un impresionante sargo

Mientras su padre se encontraba buscando una nueva muestra en el bolso de pesca, ya que la que habían elegido inicialmente no surtía efecto alguno entre los peces, pudo oír a su hijo gritando «papá, papá». El pescador, sobresaltado y sin saber que ocurría se giró rápidamente para ver cómo la caña que tenía en sus manos su hijo estaba totalmente doblada y no paraba de salir el hilo trenzado de 0,16 mm de la bobina del carrete.

Se acercó a él. Un gran pez pendía de la muestra y tiraba del sedal violentamente. Yeremay, que parecía más tranquilo que su progenitor, según su propio padre, comenzó a trabajar al pez siguiendo los consejos de Borja. Durante más de 15 minutos estuvo pugnando el solo con el gran pez hasta que finalmente pudieron llevarlo a tierra. Del hilo de 0,35 mm del fondo de línea pendía un espectacular sargo de más de tres kilos de peso. Su padre no se lo podía creer. Se abrazó emocionado a su hijo ante la hazaña que había logrado.

Agotado tras la hazaña

Borja, entre risas, nos cuenta que el pequeño resultó tan agotado del lance que no quiso volver a pescar ese día, cuando su pasión por la pesca no tiene límites. Hasta el punto en el que la pasada semana tuvo que ser hospitalizado y su padre, para que estuviese tranquilo, le tuvo que fabricar una improvisada caña de pesca con un lápiz y atarle en su extremo un hilo de pesca del que pendía un señuelo.

El abuelo de Yeremay le ha enseñado una pesca ética y respetuosa.

Su padre y su abuelo le han enseñado a respetar a los peces y que sólo se deben de capturar aquellos ejemplares que van a ser consumidos, mientras que el resto de los peces deben de ser devueltos al mar. Respetando siempre las tallas mínimas establecidas. Yeremay es un ejemplo de las nuevas generaciones de pescadores deportivos que practican una pesca sostenible y ecológica.

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