Graban a un lobo durante una batida de jabalí en León
León

Graban a un lobo durante una batida de jabalí en León

El nulo control poblacional del lobo se está cobrando la vida de muchos perros de caza. Cazar en territorio castellanoleonés se ha convertido en todo un reto.


Un lobo merodeaba por el municipio leonés de Maraña. Óscar Valdeón lo grabó cruzando una carretera en el Valle de Riosol, a plena luz del día, durante una cacería de jabalí. Pasadas las doce y veinte de la mañana, el animal pasó cerca del cazador, pero no se percató de su presencia hasta que le silbó.

El lobo aumenta en Castilla y León

Tal y como recoge el Informe Fundación Artemisan de septiembre de 2023, el lobo está presente en todas las provincias de Castilla y León y su población se ha incrementado en los últimos años. Ha pasado de haber 163 manadas exclusivas de esta Comunidad Autónoma y 16 compartidas con otras comunidades limítrofes entre 2012 y 2014 a haber 214 exclusivas en 2021. Un dato escalofriante, sin duda. Estamos hablando de un incremento del 19,5%

La ganadería, la principal afectada

El mismo informe facilita datos acerca de los ataques a la ganadería. Si el incremento de ejemplares de esta especie era preocupante, los efectos que ese crecimiento está teniendo es sencillamente para echarse a llorar.

Castilla y León es una de las autonomías que más afectada se está viendo por los ataques del lobo. No es de extrañar teniendo en cuenta que alrededor del 90% de la población de canis lupus está concentrada en el noroeste español, repartida entre Galicia, Asturias, Cantabria y la ya mencionada, Castilla y León. La población de este depredador ha mantenido una tendencia creciente en los últimos 20 años, y para colmo, en 2021 su control poblacional quedó terminantemente prohibido con su inclusión en el Listado de Especies Salvajes en Régimen de Protección Especial.

Esa protección de la que goza el lobo no la tienen sus principales víctimas: los ganaderos. El informe de Artemisan recoge que en el período 2018-2021, se produjo un incremento en el número de ataques, pasando de 1.910 a 2.669 lo que se traduce en la pérdida media de unas 3.500 cabezas por año.

En 2022 los ataques ascendieron a 3.034 y las cabezas de ganado afectadas a 5.080, es decir, experimentó un incremento del 19% con respecto al año anterior.

En siete años, desde 2015 hasta 2022 los ataques de lobo a la ganadería se han duplicado. El control de este depredador urge, y, si no, que le pregunten a quienes padecen día tras día los efectos de su sobrepoblación y sobreprotección.

 

Las especies cinegéticas también son víctimas

Es sabido que la caza regulada es el método más eficaz para controlar la población de especies salvajes. He ahí el problema del lobo: mientras él caza sin ningún control, a él no se lo regula. Por esa razón, pasa de ser un factor equilibrador, a uno prácticamente exterminador.

Aunque no hay datos concretos sobre los efectos en especies salvajes, los daños son incuestionables en los territorios en los que está presente el lobo. Sin ir más lejos, en la Sierra de los Ancares la población de corzo prácticamente ha desaparecido, ¿la razón? El lobo y la mosca “de las narices”, la Cephenemia stimulator.

Fuera de la comunidad castellanoleonesa también tiene unos efectos devastadores. En la Sierra de Gredos la presencia de varias manadas ha reducido notablemente la población de la cabra montés, una especie emblemática.

Los perros de caza, una presa fácil

Otra víctima del lobo son los perros. Los perros de pastoreo, los de caza y todos aquellos que están o frecuentan el medio rural. Te dejamos a continuación algunos ataques de lobos a perros que han tenido lugar en nuestro país.

 


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