Furtivos agreden en dos ocasiones en el mismo fin de semana a un guarda rural cuando los sorprende furtiveando conejos
El sábado 9 de septiembre fue golpeado por cuatro individuos a los que descubrió atrapando conejos con perros, mientras que el domingo otro furtivo le golpeó con el tronco de un olivo cuando fue pillado huroneando en un olivar. Esta segunda agresión fue grabada por el guarda con su dispositivo móvil.
No es la primera ocasión que este profesional se ha visto amenazado y atacado por hacer su trabajo. En febrero del pasado año acudió a la redacción de Club de Caza para denunciar el calvario que está viviendo.
Desgraciadamente, lo ocurrido no es un hecho aislado. En septiembre, uno de nuestros colaboradores habituales, el guarda Juan Báñez, recibió una brutal paliza cuando trató de identificar a unos furtivos en el interior de la finca que gestionaba en el municipio de Almonte. Tras golpearlo con bates de béisbol, le dejaron malherido en el suelo. Báñez, según el parte facultativo, presentaba numerosas contusiones en las extremidades, brazos, espaldas y heridas a la altura de la oreja.
Aunque ha sido agredido en varias ocasiones y está amenazado de muerte, el Guarda Rural continúa haciendo su trabajo
Según el guarda, soportar situaciones como estas resulta habitual en sus patrullas diarias. El profesional desea denunciar que este tipo de situaciones están provocadas por la falta de temor de los furtivos y por las leves condenas a las que se enfrentan si son denunciados.
El sábado 9 de septiembre el profesional de la provincia de Toledo sorprendió a 4 individuos acompañados de perros capturando un conejo en el coto que vigila. La reacción de los 4 furtivos al tratar de identificarlos, según el guarda, fue propinarle varios puñetazos. Los hechos fueron denunciados en la Comandancia de la Guardia Civil de Santa Olalla, municipio de la provincia de Toledo.
El guarda rural graba en vídeo a los presuntos furtivos
Un día después el profesional sorprendió a dos varones y una mujer huroneando en un olivar. Al recriminarles el hecho de estar atrapando conejos sin permiso en el acotado que gestiona, la respuesta de uno de ellos fue agredirle con el tronco de un olivo. No con esto suficiente, uno de los furtivos se bajó los pantalones mientras el guarda estaba grabando cómo intentaban recuperar, con un conejo sin vida, los hurones que se encontraban en el interior de las huras.
La agresión, al igual que la del día anterior, fue denunciada a la Guardia Civil. A diferencia de la ocurrida el sábado, el toledano en esta ocasión si conocía la identidad del presunto agresor.
Alba Ruiz Flores
