Un enorme jabalí está a punto de causar un accidente de tráfico

En esta ocasión, el conductor del coche se detiene cuando prevé las intenciones del animal. Y acierta, puesto que segundos después el jabalí ya está pisando el asfalto para pasar al otro lado.

Evita el accidente con un jabalí conduciendo así

La precaución, mantener una velocidad adecuada a la vía cuando las señales de tráfico nos avisan de la posible presencia de fauna silvestre y contar con una visibilidad suficiente del entorno de la cazada resultan factores clave para evitar una colisión con animales que pueden superar los cien kilos de peso.

Así queda tu coche tras chocar con un jabalí pequeño a 80 km/h

Si circulamos a 80 kilómetros por hora y chocamos con un jabalí, el resultado se puede catalogar de siniestro en todos los sentidos. Y lo sabemos gracias a una demostración efectuada por el Real Automóvil Club de España, RACE con una figura de un jabalí de unos 40 kilos, que es un ejemplar de tamaño reducido, teniendo en cuenta que el animal del vídeo puede doblar este peso.

Pulsa en la siguiente imagen para ver el vídeo demostrativo:

Pero en muchas ocasiones, ni la visibilidad del entorno de la carretera es como la de las imágenes ni podemos descubrir la presencia de animales con intención de cruzar la vía con la suficiente antelación. Los jabalíes, corzos, ciervos y otras especies que encabezan las estadísticas de siniestros de tráfico suelen moverse en las horas de menos luz, es decir, de noche.

Y lo hacen amparados por la protección que les brinda la vegetación. Fuera de ella se sienten vulnerables y en peligro ante depredadores. Solo la abandonan para llegar a otra zona donde puedan ocultarse. De ahí que crucen las carreteras a toda prisa. Y, cuando esto sucede, el tiempo que tenemos para reaccionar y evitar el choque es demasiado escaso.

Un segundo es el tiempo que tienes para reaccionar ante un jabalí que se cruza en la carretera

Y lo que sucede cuando no se consigue evitar el accidente es terrorífico. Como hemos visto ya en demasiadas ocasiones. El conductor ve muy tarde al jabalí, o quizás ni le ha visto. Siente el fortísimo impacto y pierde el control del vehículo.