La ACEC reconoce la encomiable labor que se ha marcado como objetivos a alcanzar el Cabildo Insular de Lanzarote en materia cinegética. La aprobación del Reglamento de funcionamiento del Consejo Insular de Caza, y la redacción del Plan Insular de Caza, suponen un buen ejemplo, para otras Administraciones, de lo que debiera ser un servicio eficaz hacia los administrados cazadores, cumpliendo con la obligación administrativa en el desarrollo de las normas generales. Todo ello contribuirá, sin duda, junto a otras decisiones tomadas recientemente, a la dignificación y sostenibilidad de la cacería en la isla conejera.
En contraposición, la ACEC opina que obligar a los cazadores a federarse en asociación deportiva para obtener representación en el Consejo Insular, va más allá de la interpretación de la Ley de Caza de Canarias y su Reglamento. Al margen de suponer un desembolso económico innecesario, es un paso atrás en el derecho de los cazadores a tener su propia organización, además de una pérdida en la identidad de lo que son y hacen los cazadores y las sociedades de caza en el medio natural. Se separan de los fines de la Caza y su Ley, siendo ésta un elemento imprescindible de preservación, restauración y mejora de las especies y hábitats. El Cabildo de Lanzarote, desde los estatutos del Consejo Insular de Caza, parece pretender, fomentar y auspiciar la ideología de que es mejor el que más mata en menos tiempo.
En otro orden de asuntos, y ante la indignación producida por ciertos informes vertidos en la red, poniendo en entredicho la buena gestión de los terrenos de caza controlada en Tenerife; teniendo en cuenta que los representantes y responsables de dicho aprovechamiento cinegético no se han pronunciado; y tras recibir innumerables signos de preocupación por parte de los cazadores tinerfeños; la ACEC ha hecho las averiguaciones oportunas sobre el asunto y ha concluido que los informes están en fase de investigación por parte del servicio jurídico del Cabildo Insular de Tenerife. En esa línea, hay abierto un expediente informativo para aclarar las posibles responsabilidades, si las hubiera. Llegado el caso, a la Consejera de Medio Ambiente, Dña. Ana Guadalupe Mora Padilla no le debería temblar el pulso. Si estas responsabilidades rebasaran su ámbito competencial, inmediatamente debería dar traslado a otras instancias, si estas no estuviesen actuando ya. Así como informar de forma transparente y limpia, a través de los medios, de todo este desagradable proceso que empaña la buena imagen del noble arte cinegético.
«De todas formas, los cazadores eligen a los representantes de las Sociedades, del Consorcio y ante la Administración. Por lo tanto, donde hoy hay un responsable, mañana hay otro, pues son las asambleas generales, que se celebran estos días, donde se pone o quita a unos u otros soberanamente. Exceptuando la obligatoriedad de estar federado, siendo el Cabildo de Tenerife el cenit de ésta injusta obligación, los cazadores estamos en libertad y voluntad donde queremos, uniéndonos a todos la caza», concluyen desde ACEC.