Soria

Cazador y salvador de corzos, así es la caza

Toda buena obra tiene su recompensa. Es lo que le ha ocurrido al cazador abulense que hace cinco días liberó a un corzo que se encontraba atrapado por su cuerna en una alambrada.


 Cazador y salvador de corzos
Cazador y salvador de corzos

En el mismo lugar en el que liberó a un corzo condenado a morir lenta y dolorosamente, ha logrado abatir de manera selectiva un precioso corzo medallable que pudo ver el mismo día de la liberación del cérvido. Muchos no entienden este binomio entre la vida y la muerte, pero se explica sencillamente: cuando un animal necesita al cazador, este lo deja todo para ayudarlo. La caza es algo muy distinto a matar por matar. La caza también incluye la conservación, y este es el mejor ejemplo que lo demuestra con hechos.

Un cazador ejemplar

Hace escasas fechas saltó a la palestra el cazador abulense Miguel Ángel García al protagonizar, junto a su compañero Alex Pradas, un vídeo en el que podíamos ver cómo liberaba con sus propias manos a un corzo macho que había quedado aprisionado por su cuerna en una valla metálica. El cérvido había intentado alimentarse de un sembrado al otro lado de la alambrada.

Si no has visto el vídeo de la liberación del corzo, aquí lo tienes

Pulsa en la imagen para verlo:

Otro corzo a 4 kilómetros de distancia

El mismo día de la liberación, el día 8 de abril, pudo ver en la lejanía con su monocular, a más de 4 kilómetros de distancia, un corzo con un notable trofeo. No se plantearon intentar abatirlo debido a la gran distancia a la que se encontraba.

Ayer lunes, día 12 de abril, decidieron volver por la mañana a la misma finca soriana a probar suerte e intentarlo con el gran corzo que habían podido ver días atrás. Bien temprano se ubicaron en un lugar desde el que podían visualizar la zona donde había sido visto el cérvido. Horas más tarde, después de haber podido valorar varios corzos de pequeño porte junto a hembras y crías, pudieron ver entre los pinos al deseado animal acompañado de una corza.

Después de cerciorarse de que se trataba del trofeo que estaban buscando, Miguel decidió intentar abatirlo. Se dirigió al pinar donde había podido ver por última vez al macho. Una vez comprobado que el viento era el adecuado para efectuar la entrada, avanzó por la zona arbolada.

Allí estaba entre los pinos, a menos de 70 metros de distancia.

 trofeo corzo
trofeo corzo

Este es el corzo abatido durante la apasionante crónica del rececho que nos cuenta el cazador

Así fue el lance de este apasionante rececho

En un primer momento sólo podía ver la parte trasera del animal. Transcurridos unos minutos de tensa espera, el corzo ofreció su costado. Momento que Miguel aprovechó para apretar el gatillo de su rifle de la marca Weatherby del calibre .257. La bala, Weatherby, impactó en el codillo del animal, que cayó fulminado al instante.

Se trata de un trofeo de gruesa y larga cuerna, concretamente de 34,3 cm., así como anchas rosetas y con un precioso perlado. Su bonito color oscuro lo debe al lugar donde se encontraba, un pinar.

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