Un cazador adopta a una podenca abandonada que encontró en la calle
El cazador iba a la armería a comprar cartuchos. Pero en el camino detuvo su coche. Una podenca andaluza estaba a punto de ser atropellada.
El destino unió sus caminos el día en que su actual propietario la salvó de morir atropellada.
Un cazador sevillano se dirigía a comprar cartuchos en una armería de su localidad en Osuna, municipio situado en la provincia de Sevilla. Pero la vida le deparó un encuentro inesperado.
Leo, protagonista de nuestra historia, vio cómo una podenca andaluza estuvo a punto de ser atropellada por un camión. Inmediatamente detuvo su coche y se dirigió hacia ella. «La llamé y vino corriendo hacia a mí, como si hubiese visto a Dios», cuenta a Club de Caza Leo cuando le preguntamos cómo sucedió todo.
Entonces la montó en el coche y se dirigió a su centro veterinario habitual para comprobar si la perra tenía microchip y si había sido denunciada su pérdida en la RAIA (Registro Andaluz de Identificación Animal). Pero no fue el caso.
Amor a primera vista
En ese momento, supo que la perra se quedaría en su familia para ser un miembro más. La bautizó con el nombre de Viruta. Así nos lo comenta:
«Mi pareja, María José, y yo rápidamente le cogimos cariño, dada su nobleza y por el amor que nos profesaba. El veterinario la examinó y nos dijo que tenía unos 18 meses de edad. La registró a nuestro nombre tras implantarle el microchip y la llevamos a nuestra casa, que desde ese instante también es la suya».
Viruta tenía una sorpresa en su interior
Pero aquel acto en el que la familia creció en un miembro más les depararía una sorpresa aún mayor. Mejor dicho, más numerosa: «Pasados unos días, nos percatamos que Viruta comenzó a engordar y no era por el hecho de que su apetito fuera insaciable, estaba preñada. Tras unas semanas, dio a luz a siete preciosos podencos que cuida con esmero y que ya han logrado encontrar hogar entre mis compañeros cazadores», afirma Leo.
Apasionada por la caza
«Hace unos días le di un paseo por el campo y, al pasar junto a un majano, enloqueció al llegarle las emanaciones de los conejos que se encontraban en su interior, por lo que afición no le falta», nos cuenta emocionado el cazador, que espera que la próxima temporada llegue pronto para poder cazar junto a Viruta.
Los cazadores amamos a nuestros perros
Al querer hacer pública esta historia, el cazador no busca el reconocimiento de la gente. Simplemente quiere demostrar la pasta de la que están hechos los cazadores: «Con esto quiero hacer ver que los cazadores cuidamos a nuestros animales, y no somos los que abandonamos los perros, como los animalistas quieren hacer ver a la sociedad».
Leo quiere reconocer el papel que ha desempeñado en esta historia su pareja María José, que en todo momento le ha apoyado, así como destacar el amor que profesa por Viruta y sus cachorros, ya que sin ella no hubiese sido posible un tan final feliz en esta historia.