Uno de los asistentes se lamentaba de que
«la Xunta nos pone mil problemas para cazar donde es preciso en la temporada, y quiere que ahora hagamos de matachines para lavar la cara delante de los agricultores».
Otro tema que suscitó un amplio consenso fue la falta de respeto que a todo el colectivo cinegético ha demostrado la administración gallega con
«una ley de montes que pretende ser intervencionista, trasnochada y que además, en contra de las directrices europeas, no contempla la caza como el segundo uso en importancia económica del bosque, después de los usos maderables».
Otro nuevo enemigo de los usos tradicionales y sostenibles del monte es el nuevo Plan Director de la Red Natura, por el cual la Xunta establece en su borrador la intención de impedir la caza en estas zonas, aumentarlas mediante corredores verdes; convirtiéndolas de este modo en nuevas superficies de cría y expansión indiscriminada del jabalí.
El presidente de esta asociación, Óscar Garriga, recordó el mal camino político que, con intervencionismos como estos, tomó en su momento Cristina Narbona. Sirva esto como aviso a navegantes.
«De no modificarse absolutamente estos textos podría crearse el caldo de cultivo para posibles movilizaciones que restauren el respeto que la administración debe tener al colectivo cinegético».