Un pachón navarro demuestra que combina a la perfección el rastro con el viento
Primero le vemos pegar la nariz al suelo siguiendo el rastro de la presa. Hasta que las emanaciones que transporta el aire son más fuertes y le llevan a quedar inmóvil en una preciosa muestra.
Este pachón navarro sigue el rastro de las perdices y queda en muestra ante dos de estas aves, como nos confirma el cazador que graba el lance. Durante la escena, el can, gran rastreador y excelente venteador, protagoniza una secuencia que se convierte en el mejor ejemplo real de la versatilidad de la raza de muestra autóctona a la hora de combinar su búsqueda al rastro, es decir, por abajo, con el venteo, esto es, la búsqueda por arriba, siguiendo las emanaciones de conejos, perdices, liebres, becadas…
Petar dels Ports.
Vientos y rastros, eficaz ante las perdices
Acudimos a Iván Piquer, propietario del perro, para que nos hable de él, sus cualidades y su manera de cazar. Nos cuenta que su nombre es Petar dels Ports, un joven ejemplar de pachón navarro de solo un año de edad. Y, a pesar de su juventud, Iván sostiene orgulloso que «ha completado una primera temporada de caza sobresaliente».
Iván junto al pachón protagonista del precioso vídeo.
Como vemos en el siguiente vídeo, cuenta con una muestra innata muy firme e infalible. Cuando queda inmóvil, su dueño sabe que, como en este caso, las perdices están delante. Como especifica el estándar de trabajo de esta raza, el pachón «combina sus aptitudes de vientos con su capacidad de rastro, alternando breves rastreos con la nariz en el suelo con toma de aires por arriba, cuando el viento y el terreno lo aconsejan». Algo que se convierte en unas cualidades ideales cuando se persigue a las perdices rojas.
La muestra, lo más bonito del lance
Un ejemplar, como los demás que acompañan a Iván, que es responsable del afijo Pachón Navarro Els Ports, con sede en la Comunidad Valenciana, se convierte en un compañero que hace equipo con el cazador.
Cuando llega el insuperable momento de la muestra, como leemos en su estándar, «la parada es vibrante y con frecuencia los ojos del perro están pendientes también del cazador. La cabeza elevada en primer término, cola extendida, cuerpo y músculos en tensión. La muestra del Pachón Navarro tiene una proyección bien horizontal, el cuerpo se alarga y flexiona levemente las extremidades, como si la silueta del perro apuntase a la pieza apostada. La cola debe continuar rígida sin moverse.
El perro que percibe la proximidad de la pieza, puede llegar a parar estatuariamente o más frecuentemente inicia una “guía” sobre la progresión de la pieza, con los miembros flexionados y toda la atención sobre la pieza. La guía en este perro es tan importante como la propia muestra, pues el objetivo último es alertar al cazador y conseguir el levante de la pieza a tiro».