Así cuidan los cazadores a sus perros tras terminar la temporada: al calor de la lumbre y tapado con una manta
Pablo Palma es un cazador apasionado de la menor, pero siempre acompañado por un perro. Desde hace siete años, el can que le acompaña por los montes de la provincia de Cádiz es Canelo.
Se trata de un podenco andaluz de talla media y llegó a casa de Pablo cuando solo contaba cuatro meses, proveniente de una camada de la perra de su tío.
El podenco andaluz posa junto al resultado de una jornada conejera. A la derecha, Pablo junto a Canelo en un momento de descanso.
“Que se vea que los cazadores cuidamos a nuestros perros”
Y un vídeo con Canelo como protagonista es el que nos ocupa hoy. Su autor lo titulaba “Temporada de maltrato”, en una clara demostración de que los cazadores dedican todos los cuidados necesarios, y muchos más, a sus compañeros caninos cuando la temporada de caza concluye. Sobre todo, contestando a la cruenta campaña que los anticaza y animalistas radicales dedican cada año intentando manipular ante la opinión pública.
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Y Pablo lo demuestra cediendo un lugar preferencial a su podenco en el sofá de su hogar. Además, lo tapa con una manta por si el calor que desprende la chimenea encendida no fuera suficiente: “Nada sobra cuando se trata de cuidar a mi perro”, nos cuenta. Un podenco con una gran afición por la caza del conejo, la perdiz y la liebre, “aunque va muy bien a las codornices y ha mordido alguna que otra becada”, añade el cazador andaluz.
Un can que también destaca en el cobro de caza herida: “Ha conseguido culminar muchos cobros de perdiz herida en un ala, así como conejos y liebres heridos que, si no hubiera sido por él, se hubieran perdido”.
Podenco andaluz al calor de la lumbre y tapado con una manta.
Así cuidan los cazadores a sus perros al acabar la temporada.
CdC
