Paraísos para los amantes de la caza menor
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Paraísos para los amantes de la caza menor

La población de conejo salvaje en algunas zonas es tan numerosa que la caza se convierte en la única herramienta capaz de frenar la expansión y reducir sus perjuicios. No te pierdas los vídeos que te mostramos a continuación.


Desde el año pasado la agricultura afronta una situación difícil en muchos puntos de España. La pasada primavera, el conejo ya estaba presente en más de 1.400 municipios de diez comunidades distintas. Tal y como informó la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) causaron estragos en un millón de hectáreas, una cifra escalofriante. Más estremecedoras fueron aún las pérdidas económicas que ascendieron a un total de 800.000 millones de euros.

Un problema global

No se trata de un fenómeno de carácter nacional ni mucho menos. Las plagas de conejo tienen lugar en distintas partes del mundo. Australia, Nueva Zelanda, Estados Unidos, Canadá y países europeos como Francia, Portugal, Italia o Reino Unido, son algunos de los territorios afectados.

Jaque mate a la agricultura

El principal inconveniente de esta especie es que no hace ascos a nada. Eso y su voracidad. Su dieta es variada y abarca desde hierbajos y brotes hasta legumbres y hortalizas pasando por árboles frutales, viñas y olivos. Cualquier cultivo corre peligro allí donde la densidad de conejo sea excesivamente alta.

Los daños materiales se traducen en importantes pérdidas económicas. La actividad agrícola conlleva gran esfuerzo en términos de trabajo y tiempo. Cuando una plaga arrasa una plantación no sólo compromete los ingresos presentes sino también la productividad a medio y largo plazo.

 

Transmisores de enfermedades

La degradación del suelo y las pérdidas económicas no son los únicos efectos adversos de la sobrepoblación de lagomorfos. Estos animales son portadores y transmisores de diferentes enfermedades.

Una de las más conocidas en nuestro país es la mixomatosis. Esta afección se propaga a través de artrópodos hematófagos, como la pulga o el mosquito. Aunque la gravedad puede ser variable y hay conejos que presentan cierta resistencia, en general la tasa de mortalidad es muy alta, especialmente en poblaciones que lo experimentan por primera vez.

 

La Enfermedad Hemorrágica Viral, también conocida como fiebre hemorrágica del conejo, también tiene una alta tasa de mortalidad y, además, se propaga con una facilidad sobrecogedora. Los vectores de transmisión son comunes a la mixomatosis, aunque también se contagia por el contacto directo entre animales sanos y ejemplares u objetos infectados.

Otra enfermedad que está arrasando con el conejo salvaje en nuestro país es la Neumonía Hemorrágica Vírica (NHV). Si quieres saber más sobre ella haz clic en este enlace.

Lugares donde la caza no puede ser más necesaria

Nada mejor para entender la magnitud del problema de las plagas de conejo que verlo en imágenes. Decenas, cientos de ejemplares, llenan los campos ante la mirada atónita de quienes lo inmortalizan.

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