Un joven cazador despide la temporada abatiendo tres jabalíes en una montería social
Crónicas de caza

Un joven cazador despide la temporada abatiendo tres jabalíes en una montería social

El cazador gallego de 18 años de edad, con el abate de estos tres cochinos, ha puesto un bonito colofón a una brillante temporada de caza. Para asistir a la batida se tuvo que levantar a las 4:00 horas y recorrer los más de 350 kilómetros que le separaban del lugar en el que se celebró la montería.


En agosto, el cazador celebró la mayoría de edad abatiendo un corzo con un bonito trofeo en compañía de su padre. Los tres ejemplares abatidos en Zamora, a pesar de no tener ninguno de ellos una boca reseñable, añaden un especial significado para él, ya que uno de los rehaleros de la batida era su padre.

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Héctor junto a uno de los jabalíes abatidos.

La caza, la mayor de sus pasiones

Héctor Araujo es un rehalero de Ginzo de Limia, municipio de la provincia de Orense, en Galicia. El cazador y Carlos, su padre, decidieron despedir la temporada este año en Zamora, en una cacería entre amigos. A las 4:30 horas cargaron los perros en el remolque para dirigirse al lugar de encuentro.

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El mismo cazador describe la experiencia que vivió este día

"Por el camino miles de ilusiones pasan por mi cabeza. Llegamos a Zamora. Nuestros amigos nos reciben con gran alegría. A las 10:30 horas se colocan los puestos y se sueltan los perros. A mí en esta ocasión me ha tocado ir de postura, mientras mi padre bate el monte. Pocos minutos son suficientes para que los perros levanten los primeros jabalíes. Se escuchan los primeros disparos. A las 11:00 horas una hembra trata de atravesar el cortadero en el que me encuentro. La abato de un único disparo de mi rifle Browning BAR 2 del calibre .30-06 Sp.

Tuve que esperar más de una hora para ver otro cochino. Lo sacaron del lugar de encame los perros de mi padre. Me grito para avisarme "Héctor, atento, que va para arriba". Veo a una hembra de gran tamaño entre la maleza en dirección al cortadero. Templo los nervios para derribarla en el cortafuegos.

Por la tarde cambiamos la zona de caza. La segunda batida del día comenzó a las 16:00 horas. Un compañero me avisa por la emisora que un jabalí viene en dirección a mi puesto. Giro la cabeza y, efectivamente, un cochino asciende una ladera. Espero que esté a 60 metros para tumbarlo. Un día increíble para no olvidar.

Solo me queda agradecer a los compañeros de Zamora el cariño que hemos recibido. Nos hicieron sentir como en casa".

 


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