Abate un jabalí de 140 kilos mientras cazaba conejos
Crónicas de caza

Abate un jabalí de 140 kilos mientras cazaba conejos

Un cazador se juega la vida para salvar la de sus perros adentrándose en un matorral para abatir un gigantesco jabalí. Nos cuenta como fue la hazaña.


Miguel López es un joven catalán de 27 años que lleva inmerso en el mundo de la venatoria desde los tres. Sí, has leído bien, desde los tres. Prácticamente aprendió a caminar en el monte, acompañando a su padre a hacer, lo que hoy, se ha convertido en su estilo de vida.

Estaba cazando conejos

López es muy aficionado a la caza del conejo y la practica cada domingo junto a su progenitor y su buen amigo, Antonio. La jornada que nos narra a continuación empezó como otra cualquiera, pero terminó como ninguna otra. Desde luego una experiencia que no olvidará. Tampoco el susto ni la adrenalina que recorrió su cuerpo al ver, entre las zarzas, la boca de aquel animal.

“Hicimos una parada de zarzas que hicimos otras muchas veces”, comienza López. Todo iba bien, cobraron varios lagomorfos y la jornada se desarrollaba con normalidad.

¡Ojo, que hay un jabalí!

Se disponían a retirar cuando vieron que todos los perros se metían en un matorral.

“¡Ojo que hay un jabalí!”, gritó el padre de Miguel. “Antes de que terminase la frase ya vimos a varios de los perros salir volando y escuchamos a otros llorar”-narra nuestro protagonista.

No se lo pensó dos veces y, con el corazón en un puño, fue corriendo al rescate de sus canes. Cuando se asomó al matorral, los perros estaban con el jabalí, así que no podía disparar. “Pasados unos segundos -que me parecieron horas- llegó la oportunidad de disparar y la aproveché”, cuenta Miguel.

El suido no caía

La situación era difícil, el tamaño y posición del suido complicaba su caza. Pese a haber acusado el primer disparo, no fue hasta el quinto cuando cayó. El cazador llegó a temer por su integridad física ya que, como cabe esperar, cada impacto volvía más fiero al jabalí. Se venía a mí.

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Detalle del jabalí. A la derecha, Miguel y el gran jabalí.

Varios perros heridos

Con el jabalí abatido, avisó a su padre y al amigo y fueron rápido a atender a sus perros. Varios de ellos resultaron heridos, pero por suerte ninguno perdió la vida y todos se recuperaron como los guerreros que son.

¡Qué sería de nosotros sin ellos!

Un ejemplar descomunal

Aunque ya sabían que era un animal muy grande, cuando lo bajaron al pueblo y lo pesaron, no se lo podrían creer: dio más de 140 kilos. Los vecinos quedaron perplejos. No hay duda de que un animal así es el sueño de cualquier jabalinero.

¡Enhorabuena, Miguel! Por el lance, por tu valentía y por ser uno de tantos ejemplos de que los verdaderos cazadores daríamos la vida por nuestros compañeros.

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Miguel y su padre justo después de abatir al macareno.

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