No te lo pierdas: abate un anómalo jabalí de pelaje dorado
Extremadura

No te lo pierdas: abate un anómalo jabalí de pelaje dorado

Un cazador efectúa un lance sobre un jabalí de peculiar pelaje y consigue cobrarlo gracias a un miembro de AEPES y a su perro de rastro de sangre.


Todo buen cazador sabe que igual de importante o más que abatir, es cobrar. La caza nunca ha de quedar en el campo y máxime cuando se trata de un ejemplar como el que os traemos a continuación: un jabalí dorado.

Hablamos con Sergio Rolo, el cazador y miembro de la Asociación Española del Perro de Sangre, quien, tras seguir casi un kilómetro el rastro y con la ayuda de su Sabueso de Baviera, logró dar con el curioso ejemplar de jabalí.

Sergui junto al sabueso de Baviera.

Conocemos un poco a Sergio Rolo

Sergio, natural de Aliseda (Cáceres), es un apasionando de la actividad cinegética, aunque la afición, a diferencia de otros muchos casos, no es una cuestión de herencia. Soy el único cazador de la familia. Fue el jefe de su padre con el que dio sus primeros pasos cinegéticamente hablando, concretamente de morralero cuando era tan sólo un niño. Pronto se dio cuenta de que se estaba enamorando de algo que hoy en día considera su estilo de vida.

Sergio y Jack trabajando en el rastro.

Le apasionan son las esperas de jabalí. Los nervios que provoca escuchar las ramas quebrar a tu espalda, ese guarrido en medio de la oscuridad que te pone alerta, un disparo certero en la noche… y “cayó”. Sin duda el jabalí es un animal capaz de poner a prueba todos los sentidos y la astucia de cualquier cazador.

También disfruta de las monterías, y es que fue precisamente en una de ellas donde Rolo vio por primera vez el que podría ser perfectamente “el perro de sus sueños”: un Sabueso de Baviera.

Quedé totalmente fascinado, no había visto nunca un perro tan bonito y elegante. Me parece increíble el olfato que tienen y la gran ayuda que prestan para encontrar las piezas. En ese momento el joven lo tuvo claro: tenía que hacerse con uno. Y así lleva ya, casi diez años trabajando con esta raza, los últimos cuatro, como criador.

Desde 2018 es miembro de la Asociación Española del Perro de Sangre y es uno de los dos conductores acreditados activos en la comunidad de Extremadura desde el 2021, algo que al cazador le hace estar de lo más orgulloso y es que, pocas cosas hay tan reconfortantes como ayudar a encontrar un animal abatido. Especialmente, cuando se da por perdido.

El perro de rastro de sangre, crucial en este tipo de situaciones. A la derecha, Jack, el efectivo sabueso de Baviera protagonista de este rastreo.

Estar en esta asociación nos da la posibilidad de rastrear para todas las personas que soliciten nuestra ayuda a través de la web. Los conductores acreditados de AEPES se ofrecen de forma desinteresada-aunque se agradece que se sufrague el gasto de combustible- a todos los cazadores, guías de caza y titulares de cotos para la recuperación de piezas heridas en su radio de acción.

Pero aparte de la asociación también me suele llamar gente conocida de mi pueblo o alrededores para que les rastree algún que otro jabalí como es el caso del relato os cuento a continuación.

Aquí comenzaba el pisteo del jabalí herido.

“El jabalí dorado”

Eran en torno a las nueve de la mañana. Sergio recibe la llamada del guarda de una finca en la que se había cazado el día anterior. Un jabalí se había ido “pegado” y necesitaba ayuda para encontrarlo. El joven, que estaba trabajando, no dudo en asistir tan pronto pudo en compañía de Jack Daniels Sfora Nemroda FCI, su preciado sabueso e inseparable compañero.

Una vez en el lugar del disparo, con una insoportable temperatura de 40 grados, comenzaron la búsqueda al borde de un camino. Puse a Jack, le di la orden de búsqueda y enseguida cogió la sangre.

Siguieron avanzando tras el rastro, con Jack a la cabeza marcándolo perfectamente.

Después de unos 300 metros, pasaron por dónde habría estado el jabalí encamado tras acusar el impacto. El joven decide parar unos segundos y dar agua a su mejor amigo. Siguen avanzando y pronto dejan de ver sangre, pero “siempre hay que confiar en ellos”- afirmaba Sergio refiriéndose a los perros. ¡Y no se equivocaba! Un poco más adelante encontraron otra “cama” con signos evidentes de que el animal, había estado echado allí recientemente. Ahí Jack empezó a calentarse. A unos 150 metros escucharon romper monte y de pronto, apareció el suido.

La sorpresa no fue pequeña al ver que se trataba de un ejemplar de pelaje rubio. Un macho de unos 70-80kg que puso el broche de oro, nunca mejor dicho, a un lance difícil y al impecable trabajo de Jack y su dueño.

Vista del jabalí y del trofeo que portaba.

“Hay que insistir siempre en la importancia de pistear al animal. Un animal empanzado, o con un tiro que no haya sido certero, morirá sufriendo. No podemos privarle de la misericordia del remate.”- con estas palabras Sergio puso en valor la importancia de pistear y terminar, siempre, con el sufrimiento de un animal.

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