La plaga de conejos arrasa el campo aragonés
Aragón

La plaga de conejos arrasa el campo aragonés

Nos desplazamos hasta Almonacid de la Sierra, en la provincia de Zaragoza, para conocer la situación que están viviendo los agricultores de la zona a causa de la plaga de conejos que está acabando con sus cultivos.


Desde hace algunos meses, muchos pueblos en Zaragoza, así como otras partes de la península, hacen frente a una plaga de conejos que están destrozando todo tipo de cultivos: viñas, maizales, olivares y frutales. Tal es la densidad de estos animales que los lugares afectados están declarados por la Administración como ‘emergencia cinegética’.

Entrevistamos a un cazador que lucha contra la plaga de conejos

Arturo Gracia, natural de Almonacid, lleva prácticamente toda su vida dedicándose a la caza menor, concretamente a la del conejo con hurón, y nos ha contado de primera mano cuáles son los principales problemas que supone la sobrepoblación de conejo.

Los viñedos son una importante fuente de riqueza en la zona y también una de las plantaciones preferidas por los conejos que atacan tanto a las viñas recién plantadas como a las que llevan años dando frutos.

Esto último es lo que conlleva el verdadero problema, señala Gracia. Si roen una cosecha reciente, por ejemplo, un cultivo de un año, la pérdida equivale a ese año de trabajo, pero cuando destrozan viñedos de 5, 10 e incluso 30 años, las pérdidas son incalculables y los costes se vuelven inasumibles.

 

La caza es el medio más efectivo para controlar las especies. De hecho, aquí, de no haber sido por ella los conejos habrían terminado con todo —afirmaba Gracia.

El cazador juega un papel fundamental en el mundo rural, especialmente en situaciones como en la que se encuentra Almonacid.

Hay personas, por lo general anti-caza, que a través de redes sociales como Facebook opinan que habría que «capturar conejos y llevarlos a otras zonas donde no hay» pero, como asevera Gracia, no sólo es una medida muy poco viable, sino que, aunque pudiera llevarse a cabo, no valdría más que para trasladar el problema de un lugar a otro. Con este comentario, Arturo quiso hacer hincapié en la importancia de que las decisiones que incumban al campo sean tomadas por personas que verdaderamente lo conozcan y estén involucradas en él.

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