Codornices al horno
La temporada 2022-2023 será la más baja en capturas de los últimos sesenta años controlados.
Este año 2023 posiblemente me salga ya LA HOJA ROJA delibesiana y sea la última campaña de anillamiento oficial de codornices. Esta caza científica e incruenta ha sido una actividad que me ha llenado de emociones agradables desde que me inicié en 1997. En lo que lo autorice mi mente seguiré escribiendo de las dos especies que más me han emocionado y estrujado las meninges: codorniz común y perdiz roja, que son las dos piezas que más he cazado en libertad. «La caza ideal es la de un hombre libre sobre tierra libre contra una pieza libre» (Delibes).
Va a comenzar la temporada de anillamiento de codorniz 2023, como cada año a caballo entre marzo y abril. Me ha puesto en marcha ver a finales de febrero abubillas en la campiña de “El Carmen”, en los extramuros de Valladolid. También ha visto varias en Simancas Leo (A Tenazón de Radio Marca), y lo mismo me dicen en la zona de Torozos donde anillo. Lo comento porque la abubilla (Upupa epops), “gallito” en Andalucía, pasa el Estrecho desde primeros marzo, anunciando que poco después de su llegada entrará la codorniz común (Coturnix coturnix) que no llegará a toda Castilla y León (CyL) hasta un mes más tarde.
El peor año de codorniz
Aún hay pocos datos definitivos de la temporada pasada en las autonomías, no tengo duda de que 2022-23 ha sido la peor en capturas de la historia datada y, por tanto, también habrá sido la peor en población de regreso hacia el Sahel, que es la que vuelve este año por aquí. Para analizar con más concreción lo que ha pasado en esa temporada con la codorniz es necesario disponer de los datos de capturas y de los análisis biológicos de las alas. Los análisis de las alas permiten conocer la edad de las codornices vivas (anilladores) o abatidas y con ello la ratio media de jóvenes/adultos (J/A) que calculan los científicos. Los resultados del proyecto de Anillamiento de la codorniz (2002-2011) (1) demostró que excepto en 2005 (un mal año de cría) las capturas fueron sostenibles todos los años.
En el año 2022, durante los meses primaverales de la temporada de anillamiento de la codorniz hubo una abundancia de presencia en Castilla y León (CyL) que nos sorprendió muy positivamente a los anilladores del Valle del Duero (VD) y a los de la Meseta Norte (MN), pues a mediados de mayo ya habíamos enredado codornices en León, Burgos, Soria y Valladolid, al menos, como en los mejores años. La abundancia de codornices provocó a primeros de junio una gran movilidad de la pieza de caza a medida que el calor apretaba y más aún cuando a primeros de Julio las temperaturas del verano hicieron desaparecer a las codornices del (VD) y del sur de la (MN).
El mayor éxito de anillamiento de la codorniz en España, de esta temporada pasada, es el que protagonizaron José A. Pérez Garrido, coordinador del proyecto COTURNIX (2) en Castilla y León y su colaborador Jerónimo Fernández, presidente del club federado de Valderas (León). Esta provincia fue en 2022 el mejor refugio de la codorniz en Castilla y León, pues en el territorio avutardero de Valderas anillaron más de sesenta codornices hasta mediados de junio. Más tarde, el bochornoso verano, un horno, llevó a las codornices hacia los Montes de León y la Omaña y allí anillaron a otras cincuenta, con lo cual, en el peor año de codorniz han anillado más de cien hasta primeros de julio, cuando se fueron incluso de la montaña leonesa. En julio cantaban ya junto al mar asturiano, donde hace cuarenta años que las capturas son solo testimoniales.
El que suscribe y dos veteranos colaboradores, Leonardo de la Fuente y Javier Giralda, desde mediados de abril hasta la primera semana de junio, en siete salidas detectamos 57 codornices y capturamos dieciséis en el coto habitual de los Montes Torozos de Valladolid. Un percance me retiró del noble oficio de esta caza científica, que llevo repitiendo con mucha satisfacción personal. El equipo anillador de Burgos, que coordina Ángel Moral, es el más antiguo de (CyL) y el que ha aportado más datos a los proyectos de anillamiento de codorniz impulsados por la Federación.
Un ave que cria mucha especie
La codorniz común, a fínales del siglo pasado fue definida por los biólogos como una ejemplar ‘estratega de la r’, lo que indica que la más pequeña de las galliformes que tiene una esperanza media de vida muy corta, menor de un año, lo supera porque cría con mucha generosidad, pues para ello dispone de una puesta alta de hasta 12 huevos con un éxito reproductor del 50 al 90%; tiene una incubación corta de 17 días y los pollos se independizan a los 35 días de vida, llegando muy precoz a la madurez sexual con solo 56 días como (JR1). La codorniz hace hasta tres nidadas anuales (una en el Sahel o Marruecos y dos en España). Estas cualidades tan positivas no se han logrado en 2022, porque los calores y la sequía ascendentes obligaron a la codorniz a hacer migraciones continuas hacia los lugares altos y frescos o con cereal verde en crecimiento, en vez de criar especie.
Situación en España y en las cinco comunidades más codorniceras en este siglo
Las capturas que proporciona el campo en cada temporada, dependen al menos de estos factores: 1).- Número de individuos que llegan a España y se emparejan. 2).- Condiciones del hábitat y fenología de los cultivos y espacios que van a explotar. 3).- Número de nidos resueltos en la temporada. 4) Maneras de cosechar y labores agrícolas posteriores. 5).- Cambio climático en los países del itinerario codornicero. 6).- Meteorología en el periodo de cría y de caza. 7).- Intensidad de la depredación oportunista en el ciclo de estancia. 8).- Presión cinegética en los territorios de concentración de codornices durante los periodos de caza.
Es costoso contrarrestar factores negativos tan determinantes como el mal hábitat codornicero y el cambio climático actual, que son culpa de otras actividades humanas; pero con la caza solamente se aliviará y solo se conseguiría lo que con tantas aves vedadas hace más de cuarenta años y a punto de desaparecer. Las capturas de codorniz fueron siempre muy fluctuantes al serlo las poblaciones existentes en el periodo de caza de cada temporada. La mayor oscilación se ha producido, como es obvio, entre la más generosa (2010-11) con una estimación de 1.558.330 capturas, y la más escasa (2017-18), con una estimación de 1.006.341 capturas, lo que ha supuesto una caída de aprovechamiento entre ambas del 35’4 %. En España, el análisis de las veintiuna temporadas datadas nos indica que la media de las cazadas en las quince primeras temporadas del siglo XXI fue de 1.351.227 piezas y la media de las cazadas en las seis últimas fue de 1.157.382, un -14’35 % menor. Este es un declive a gestionar por los cazadores reduciendo el cupo en las provincias donde se consiguen las altas capturas, como son los cupos de 30 y 25 codornices. Para el resto de territorios esas capturas son impensables. La caza es un bien natural renovable y escaso que requiere cazar cada temporada con arreglo a lo que ofrezca el campo. “Hay que aprovechar los intereses anuales y mantener intacto el capital” se oía decir hace ya sesenta años a los cazadores sensatos, aunque no supieran lo que era la caza sostenible.
Tabla I.- CAPTURAS MEDÍAS EN LAS QUINCE PRIMERAS Y LAS SEIS ÚLTIMAS TEMPORADAS DE ESTE SIGLO
Extremadura ha incrementado las capturas en ese periodo. Las otras cuatro han caído unos porcentajes muy significativos.
Las cinco comunidades con más capturas son: 1ª.- Castilla y León con el 44’47 % de las totales en España, 2ª.- Aragón con el 19’37 %, 3ª.- Castilla la Mancha con 10’36 %, 4ª.- Andalucía con 8’00 % y 5ª.- Extremadura, con 4’32%, que suponen el 86’52% de las totales. La situación de la codorniz cada temporada, en estas cinco comunidades, depende al menos de los ocho factores que cité en el primer párrafo de análisis de la situación.
En la tabla anterior hay cuatro comunidades donde la relación de las capturas medias de las seis temporadas últimas de caza del siglo han caído un porcentaje singular respecto a la media de las quince primeras. Hay una comunidad, Extremadura, donde conviven migratorias y codornices “criollas”, y en las últimas seis temporadas, al contrario que en las demás, las capturas medias han superado un 37% a la media de las quince primeras temporadas; enhorabuena. Estos datos de capturas medias por temporada, están publicados por las comunidades cada temporada y nos ponen a muchos cazadores en prevengan. Debemos demostrar a la sociedad en general y a tantos cazadores que son sensibles con las especies, que la mayoría somos conservacionistas responsables de una caza sostenible. Esto que digo no tiene nada que ver con las respuestas que podemos esperar del mundo “chiringuitero” animalista, ni con los datos que analiza la SEO, pues con esos no contamos; es con nuestro gremio con quien queremos hacer pedagogía, sobre todo con esos cazadores que nos dicen estar dispuestos a bajar el diapasón por responsabilidad propia y a solidarizarse con la codorniz. Esta especie migradora muestra una tendencia negativa en casi todas las comunidades y eso requiere tomar medidas por los cazadores responsables, procurando algo tan sencillo como una percha más prudente. Las estimaciones de capturas en España por comunidades autónomas son directamente proporcionales a las poblaciones coincidentes en cada territorio durante el periodo de caza. Las codornices que se concentran en una determinada época y territorio, son en una parte menor oriundas de otros espacios donde nacieron ellas o incluso sus progenitores dos meses antes. Un cupo alto es un reto para ansiosos y un negocio para vendedores al mejor postor por poder cazar muchas piezas de una especie vulnerable. Con esos cupos provocamos aversión para muchas personas que no están contra la caza, pero no admiten que tratemos a las especies sin respeto. No llegamos al 50% de los cazadores que había en 1990 y conociendo el declive de la codorniz aun cazamos tantas como entonces. La administración que legaliza y demás, nos lo deberían explicar a todos.
Investigaciones científicas a potenciar por todos
Anillamiento de hembras
Las codornices tienen un régimen social de poligamia por parte de los machos que se cruzan con varias hembras y de poliandria porque las hembras, a su vez, se aparean con varios machos. Los anilladores hemos comprobado varias veces que los machos dejan el término donde fueron anillados, pues no pasan más de 15 días en el mismo lugar, aunque se hayan cruzado con alguna hembra. La codorniz hembra se queda anidando y el macho tras aparearse se va a buscar nuevas hembras receptivas, que pueden ser algunas ya apareadas por otros machos recientemente. «Se ha comprobado con medios genéticos que en algunos nidos hay huevos inseminados por diferentes padres» Dunner S., Genetista y doctora de facultad de veterinaria UCM, comunicación verbal, (anillamiento, en Torozos, 2009).
En el proyecto de Anillamiento de CyL (2012-20) (3), se intentó la caza de hembras durante la noche con red vertical de cinco tramos y reclamo electrónico macho-hembra, pero con escaso éxito. Nunca me entró de día una hembra con ese mismo reclamo. Creo que un método eficaz y recomendable para capturar hembras con perro de muestra es el de montar sobre dos cañas de pescar de unos 4 m de largas, una red japonesa de unos 3’50 m de largo por 3 m de ancho que porta un anillador, mientras que un colaborador controla al perro de muestra para que no se empelote si salta la codorniz. Me comentó José A. Pérez que el peligro de que la codorniz se desplace a peón de la muestra, y tiremos la red fuera de ella, se resolvería con un detector térmico, que también se activa de día. Este año 2023 posiblemente lo probemos.
Seguimiento de codornices con transmisores
Dos científicos muy reconocidos por sus aportaciones sobre la codorniz, José Domingo Rodríguez-Teijeiro y Manel Puigcerver de la universidad de Barcelona, que llevan más de cuarenta años estudiando a la codorniz y que dirigieron los cinco primeros años el proyecto de anillamiento de la codorniz (2002-2011) (1), han publicado en la revista Trofeo (22 julio 2022) una nueva investigación consistente en los datos resultantes después de haber colocado, en los tres últimos años, transmisores de diferente tipo a varios machos de codorniz. En la revista han significado también las localizaciones de siete individuos marcados con transmisores vía satélite en 2020, cada uno de ellos representado de un color diferente. En esas localizaciones pueden apreciarse la existencia de solapamientos notables entre ellos, lo que indica la falta de territorialidad de la especie.
Estudio de métodos geneticos para determinar hibridación en la codorniz
Desde hace dos décadas existen herramientas genéticas potentes que permiten discriminar entre los genomas de Coturnix coturnix y Coturnix japónica. De hecho, en el año 2017, el catedrático de la Facultad de Veterinaria de la UCM, Javier Cañón, me propuso un análisis probabilístico, del tipo de asignación, que permitía conocer qué proporción del genoma de una muestra de codorniz tenía su origen en una u otra especie. El análisis se basaba en la información que proporcionaba un panel de al menos 15 marcadores tipo microsatélites sobre lotes de un mínimo de 12 codornices. El nivel de discriminación de cada uno de estos marcadores se obtiene del análisis de 100 ejemplares
(50 de cada especie tomadas de forma que resulten representativas de las poblaciones de origen) que constituirán las poblaciones de referencia. De esta forma, la consideración de libre de hibridación de una determinada población (explotación, espacio natural…) requiere que la suma de las proporciones individuales de genoma asignados a la población foránea (C. japónica) sea inferior a un determinado umbral, todo lo reducido que deseemos.
Actualmente, me indica que estaría a nuestro alcance aplicar una estrategia similar a la que se utiliza para analizar la hibridación en la perdiz roja, ya que está publicado el genoma completo de la C. japónica y muchas secuencias de la C. coturnix, tanto del ADN mitocondrial como de genes nucleares, por lo que habría suficiente información para emplear una estrategia similar a la que utilizamos en su día con las perdices. Este tipo de análisis en lugar de asignar, lo que hace es excluir, es decir, observada una huella genética de C. japónica en la muestra de un individuo se excluye su pureza genética como C. coturnix, por lo que se considera una muestra hibridada, y contrariamente, la ausencia en una muestra de huellas genéticas de C. japónica indica la pureza genética del individuo, es decir, se trataría de una C. coturnix genéticamente pura.
La disponibilidad, y en su caso aplicación de estas herramientas genéticas permitirían poder disponer de codornices de granja, totalmente C. coturnix, en los espacios que apruebe la administración. Esta posibilidad supondría una buena medida para reducir y aliviar la presión que actualmente sufre la codorniz silvestre, pues posibilitaría iniciar al perro nuevo en el oficio, ya que en agosto hay muchos cotos con la codorniz prácticamente desaparecida.
José Luis Garrido Martín (Marzo 2023)
Presidente honorífico de la Federacion de Caza de C y L
Director honorifico de la Escuela Española de Caza.- Ex director general de FEDENCA
(1) Nadal J. Ponz C. Bénedí B. y cols. Estudio de anillamiento y seguimiento de la codorniz (Coturnix coturnix) en España (2002-2011). Patrocina y Edita FEDENCA-RFEC. 2012
(2) Proyecto: COTURNIX, seguimiento y gestión de la codorniz en España (2020-2024). Patrocina Mutuasport, Coordinan RFEC y Artemisan, Colabora UDL.
(3) Nadal J. Ponz C. Bénedí B. Anillamiento de hembras (2012- 2020). Federación de Caza de CyL.