Al vuelo, así atrapa este galgo al conejo que sale saltando de la madriguera
La caza con hurón y lebreles es una modalidad muy practicada en las Islas Británicas. Depara lances espectaculares, pero pocos como el que te mostramos hoy.
Dos whippets permanecen muy atentos a los que sucede a su alrededor. Su manera de dar caza a los conejos es escuchar su evolución en las bocas de sus madrigueras. Cuando sus presas aceleran para salir al exterior a la mayor velocidad posible, estos perros son capaces de reaccionar de manera óptima e interceptarlas tras pocos segundos de persecución. No en vano, estos pequeños perros, de altura mucho menor a los greyhounds o al galgo español, son capaces de alcanzar velocidades que los expertos han datado en 56 km/h. Esto es muy superior a la que desarrollan los conejos, que raramente llegan a los 40 km/h en condiciones óptimas.
Hurones y lebreles, combinación perfecta para la caza del conejo
El hurón está trabajando dentro de la madriguera. Y resulta muy efectivo, puesto que el conejo sale a toda velocidad de la boca. Y eso suele suceder cuando son presionados por los bichos. Como hemos adelantado, los whippets han desarrollado una manera de cazar en la que sacan mucho partido de su finísimo oído. Los vemos mirar al suelo, contraer las orejas y girar levemente sus cabezas. Están orientando sus oídos hacia los sonidos que perciben. Y eso le sirve a uno de los preciosos ejemplares que protagonizan el lance para acudir al lugar exacto por el que saldrá el conejo, consiguiendo atraparlo con su boca justo cuando salta para intentar burlar al perro.
El whippet, el hermano pequeño de los lebreles ingleses
Para los que no conozcan la raza, deben saber que se trata de un lebrel originario de Gran Bretaña que muchos expertos explican que surgió del cruce de los ejemplares más pequeños de la raza más antigua que es la del greyhound. De esta manera, repitiendo el proceso, se consiguió reducir la talla de 75 a 51 centímetros a la cruz. Aunque otros cinólogos piensan que en el desarrollo de la raza tuvieron que ver lebreles italianos de menor tamaño e incluso terriers. Los primeros ejemplares los encontramos en las regiones mineras del norte de Inglaterra, donde comenzaron a conseguir carne de conejo y otras presas de pequeño tamaño para sus propietarios.
Su pericia en la caza de esta presa lo llevó a protagonizar concursos muy famosos hace más de un siglo, consistentes en soltarlos en cercados con conejos para que el público apostase cuál de los ejemplares atraparía al conejo.
