El problema del gatillazo: el peor enemigo de la precisión de nuestros disparos

Uno de los apartados que más atención debe concentrar en el momento del disparo es el accionamiento del gatillo. De gran relevancia en el tiro con escopeta, se convierte en algo vital en disparos efectuados con rifle, donde la precisión puede verse muy afectada por una manera incorrecta a la hora de apretar el gatillo.


En escopetas y rifles, la fuerza necesaria para activar el gatillo y efectuar el disparo se aproxima al peso de la propia arma. Desde el momento exacto en el que deslizamos el mecanismo de disparo, se accionan todos los resortes para, a una velocidad de milisegundos, activar la aguja percutora. Una tarea tan sencilla puede repercutir en gran medida en el resultado del disparo, afectando a la precisión, por lo que vamos a analizar los aspectos fundamentales que rodean al acto de apretar el gatillo.

Un asunto de gran relevancia

En demasiadas ocasiones convertimos el hecho de apretar el gatillo en un acto físico, muscular y voluntario que, en su conjunto, conlleva que se modifique el punto de impacto, muchas veces dejando los disparos por debajo de la zona a la que apuntábamos. A eso en la caza a eso se le llama pegar un gatillazo.

Para evitar este problema, que nos hace errar demasiados lances, tanto en la caza en movimiento como, sobre todo, en la caza en parado, debemos aprender a dominar este acto tan sencillo y tan complicado como es apretar el gatillo.

El objetivo no es otro más que conseguir que el disparo sea una prolongación más del acto de apuntar a nuestra pieza.

El dedo

La colocación de nuestro dedo índice resulta crucial a la hora de no influir en la precisión cuando accionamos el gatillo. La zona del dedo que ponemos en contacto con el accionador y la dirección de la fuerza que ejercemos son campos que debemos tener muy en cuenta.

Comencemos por la dirección de la fuerza ejercida. Esta presión debe dirigirse directamente hacia atrás. Cualquier pequeña desviación provocará una variación de la posición del arma y, consecuentemente, del disparo. Para conseguir que toda la presión que ejerzamos en el disparador se dirija hacia atrás, debemos posicionar de manera correcta el dedo sobre la superficie del gatillo.

Debe ser la tercera falange, llamada falange distal, la que haga contacto con el disparador del arma, concretamente la parte central de nuestra huella digital. Si lo «rodeamos» con el dedo, es muy probable que sea la segunda falange la que lo accione, forzando un movimiento que entrañará un desplazamiento lateral, natural en esta articulación del dedo. Esto puede provocar una desviación del disparo, algo que se puede eliminar con un buen apoyo del rifle pero, aun así, debemos tenerlo en cuenta.

Que nos sorprenda el disparo

Debemos familiarizarnos con la presión que requiere nuestra arma. Y una de las mejores maneras de hacerlo es practicar. Repetir la acción de disparo de la manera idónea hasta que consigamos efectuarla de forma óptima.

Se suele recomendar contener la respiración y actuar en apnea. A continuación, comenzaremos a ejercer una presión progresiva y de manera muy lenta sobre el gatillo hasta que el disparo nos sorprenda en el recorrido del gatillo hasta llegar al «break point» o punto de disparo. Cuanto mayor sea esa sorpresa, más cerca estaremos de conseguir una regularidad en la precisión al alcanzar nuestro objetivo.

Para ello, tenemos a nuestra disposición las balas aliviamuelles, con las que podemos practicar las veces que nos apetezca en nuestra propia casa.

Aprendizaje y perfeccionamiento

Para poder estudiar todos los factores que entran en juego a la hora de apretar el gatillo y ganar seguridad en la técnica de disparo podemos hacer uso de las armas de aire comprimido. Resultan muy beneficiosas en la optimización de la acción de disparar, tanto con apoyo como sin él.

Un truco muy recurrido a la hora de comprobar si ejercemos presiones que puedan desviar la trayectoria del proyectil es colocar una pequeña moneda en alguna de las superficies planas del arma, lo más cerca posible de la punta del cañón. Si seguimos las indicaciones mencionadas y nos sorprende el disparo, esa moneda no se moverá, y cuanta más estabilidad mantenga esa moneda, mejor lo estaremos haciendo.

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