La caza en Galicia en tiempos de pandemia

La actividad cinegética en Galicia no esta exenta de la delicada situación de pandemia que atraviesa el país y que exige la máxima responsabilidad, extremo respeto y cumplimiento exhaustivo de las normas sanitarias por parte del colectivo en todo momento y en cada lance.


Con la premisa sanitaria como innegociable, la situación era y es delicada y había que tomar decisiones. El futuro del sector primario en Galicia estaba en juego.

Así lo entendió la Administración gallega, pues la ya de por sí «Galicia vaciada» no podría soportar los daños provocados por una superpoblación de especies cinegéticas.

Decisiones complicadas de encajar ante una sociedad cada vez más urbana, en una situación sanitaria casi al límite, pero que eran fundamentales para poder ejercer desde el colectivo cinegético esa labor de control de poblaciones que, de no llevarse a cabo, supondría la ruina del sector primario gallego y, con ella, la de miles de familias que todavía subsisten el la Galicia verde.

Entre restricciones de movilidad, confinamientos perimetrales y demás medidas sanitarias que suponían serias trabas para poder desarrollar la actividad cinegética en Galicia, gracias al respaldo de la Administración gallega hemos podido gestionar las poblaciones de especies cinegéticas y cumplir con los planes de ordenación establecido.

El propio Feijoo entiende que la caza es gestión de poblaciones, la caza es incuestionable en Galicia

El propio Feijoo entiende que la caza es gestión de poblaciones, la caza es incuestionable en Galicia, es un recurso imprescindible para el rural gallego que no podemos permitirnos el lujo de desperdiciar.

Estamos consiguiendo cumplir los cupos de capturas recogidos en los planes técnicos de caza y así evitar un desastre irreparable en el sector primario. Una catástrofe de consecuencias incalculables para la agricultura y que harían prácticamente inviable poder circular por las carreteras gallegas, que ya sufren una media de 10 accidentes de circulación con especies cinegéticas cada día.

El colectivo ha renunciado a parte de su libertad practicando la caza menor dentro de sus concellos de origen, siempre cumpliendo los confinamientos, las restricciones y limitaciones de movilidad, al tiempo que demostraba máxima responsabilidad.

La Administración gallega, conocedora de la delicada situación, ha permitido desenvolver la caza como herramienta de gestión de las poblaciones de caza mayor imprescindible para minimizar daños irreparables en el rural gallego y que, a buen seguro, supondrían su sentencia de muerte. Agricultura, ganadería, accidentes, peste porcina, despoblación, abandono del rural… Un peaje inasumible si en Galicia dejásemos de cazar.

La Administración gallega ha permitido desenvolver la caza como herramienta de gestión de las poblaciones de caza mayor

No fue un camino fácil. Atrás quedaron los intentos de entidades deportivas de querer aprovecharse de la grave situación sanitaria para hacer caja a costa de engatusar a los cazadores con falsas «tarjetas anti confinamiento». Lejanas en el tiempo quedaron críticas sociales y políticas que, por desconocimiento de la función de la actividad cinegética, pusieron en duda su desarrollo. Pero en los momentos difíciles la Administración gallega salió en defensa de la gran labor que desarrollamos los cazadores

Cuando, probablemente, lo más sencillo, igual que hicieron en muchas otras autonomías, hubiese sido plegarse a presiones de otros sectores y suspender la caza, en Galicia hemos tenido la fortuna de contar con políticos de altas miras que han demostrado su compromiso con el rural gallego y con Galicia.

Ya en la recta final de la temporada cinegética, a pesar de que la situación sanitaria no mejora como nos gustaría, la Administración gallega se ha mantenido firme en su convencimiento y puesta en valor de la actividad cinegética, habilitándola para que pueda seguir ejerciendo su importante labor social.

Somos conscientes de la grave situación sanitaria que estamos padeciendo, por eso, desde el colectivo cinegético hacemos un llamamiento a seguir respondiendo con la máxima de las responsabilidades y cumpliendo estrictamente las normas sanitarias dictadas, aplicando los protocolos Covid-caza establecidos. Ahora no podemos fallar a la confianza que han depositado en nosotros.

Pero, como de bien nacidos es ser agradecidos, no podemos negar que toda esta labor de gestión cinegética no hubiese sido posible sin la valentía, el buen hacer y el compromiso infinito con el rural, la caza y los cazadores demostrado por la Xunta de Galicia con su Presidente al frente

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