Administración, ponte las pilas ¡ya!

En la ingeniería de la caza, primero va lo social, después lo ecológico, y al final lo económico.


Huérfanos de maestros y mentores, escolares de escuela ninguna, nuestros feudales y paternales responsables de la caza, todo para el pueblo pero sin el pueblo, en su mayoría no sé si ignoran o si quieren ignorar que lo esencial en la caza son sus aspectos sociales, y que son precisamente más y mejores jornadas de cazador el producto principal a generar en los cotos; con la única limitación de no poner en riesgo la sostenibilidad del manejo de cada coto, ni su contribución al desarrollo sostenible global.

Más y mejores jornadas de cazador son el producto principal a generar en los cotos

No hay un dato más relevante en la sociología de la caza que el número de jornadas de cazador ejecutadas con cada modalidad en cada coto. Por cierto: ¿En dónde está ese número en vuestros hueros e incordiosos formularios oficiales, y en donde y con qué criterios se desarrolla su cálculo justificativo? Sin embargo, es un dato capital en sí mismo y que en la ingeniería de la caza resulta mucho más importante que el dicharachero y socorrido TAC (Total Admisible de Capturas).

El número de jornadas de cazador ejecutadas con cada modalidad sobre cada unidad biológica [1] es un dato sociológico que resulta además imprescindible para los cálculos ecológicos y económicos de la caza.

• En la etapa de análisis ecológico, a partir del número de jornadas de cazador ejecutadas con cada modalidad sobre cada especie, se calcula el número de jornadas de cazador ejecutadas equivalentes [2] que soporta, soportaría o soportará, esa especie. Es este dato sociológico el que, puesto en relación con las tasas de cada especie, determinará la cuantía de la presión de caza ejercida, y establecerá finalmente si esta es compatible con la sostenibilidad y el desarrollo sostenible, o no. Determinar esta presión es el principal objetivo de la etapa de análisis ecológico ¿Qué otro, si no? Por esto, los cálculos sociológicos deben preceder siempre a los ecológicos. ¿Dónde está en vuestros formularios este dato, el dato, y sus criterios de cálculo?

• En la etapa de análisis económico, es a partir del número de jornadas de cazador ejecutadas con cada modalidad sobre cada especie, como se calcula el valor de los costes de las jornadas ejecutadas. Es este valor el que, puesto en relación con el valor de lo cazado, determinará el verdadero valor generado en cada coto, el valor en vivo de la caza: el dato económico principal. ¿Os vais enterando los que tanto habláis de economía de la caza? ¿Vais intuyendo los porqués, de que tantos millones de euros como los que contáis, sean tan solo un cuento de la lechera? Esto os pasa, porque no hay forma de valorar nada sin disponer del número de las jornadas de cazador ejecutadas y del consecuente valor de sus costes; es decir: porque lo sociológico debe preceder siempre a lo económico en el diseño y cálculo de las estructuras cinegéticas. El orden (lo social, lo ecológico y lo económico) no es por tanto arbitrario, sino que viene obligado por el propio algoritmo, por los pasos lógicos a seguir. Por cierto ¿Dónde están en vuestros formularios estos datos económicos y sus criterios de cálculo?

¿Qué pasos siguen las instrucciones de manejo cinegético que están vigentes oficialmente?

Pregunto ahora: ¿A qué algoritmo, a qué pasos, siguen y obedecen las variopintas instrucciones de manejo cinegético que, boletín oficial por medio, están vigentes oficialmente? La respuesta es clara: ¡A ninguno! Se deduce pues la urgencia de modificarlas por obsoletas, si es que alguna vez no lo fueron… para adecuarlas a las exigencias de los cálculos cinegéticos. El diseño y cálculo de las estructuras ambientales, es ciertamente un asunto de ingeniería difícil e incluso muy difícil; pero constituye un reto y un progreso ineludibles. ¿No será simplemente que no sabéis hacer vuestro trabajo, porque no estáis suficientemente cualificados para el mismo?

No hay un futuro alternativo para la caza al margen del desarrollo y aplicación de su propia ingeniería; pues, inevitablemente, a cada vez serán mayores las exigencias técnicas y científicas de las sociedades modernas ¿Se entiende porqué perdemos siempre en Europa y en todos los demás foros [3]? ¿Se entiende cuál es el verdadero camino? A ninguna otra cosa nos están obligando el siempre imparable progreso y la modernidad. Ya lo sé, es un camino antipático para quienes quieren y deben relajarse y gozar al aire libre, sin tantas complejidades ni incordios. Cazar es, y debe ser, un acto ciego [4]; pero el camino debe ser iluminado. No mires al foco, sigue cazando; que no te vuelvan loco: cazar es disfrutar… y servir al campo.

 


1.— Las unidades biológicas pueden ser específicas (perdiz, liebre, conejo…), infra-específicas (tipos de machos, hembras, crías…) y supra-específicas (palomas, zorzales y estorninos, córvidos y gaviotas…). Desde ahora simplificaremos a especie, sin olvidar estas realidades.

2.— Las jornadas de cazador equivalentes (calculadas) miden el impacto de las jornadas de cazador ejecutadas (físicas) con las diferentes modalidades practicadas, sobre el censo referencial base de cada especie.

3.— Pobres tortoleros, pobres zorzaleros, pobres reclamistas, pobres galgueros…

4.— Así lo denominaba D. José María Blanc.

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