El pointer
Pointers y codornices forman un binomio inseparable desde que este perro de muestra. Elegante en la caza, galopador impetuoso y devorador de terreno en una búsqueda cruzada que dibuja en el campo diagonales rectilíneas, el pointer es un perro que, como buen británico, hace disfrutar de la caza por la belleza que imprime a todo lo que hace.
Actualizado
Cazar en verano con pointers es un regalo para la vista. Verlos devorar rastrojeras, parar súbitamente en muestra, patronear a los compañeros… Muchos aficionados a la caza con perro esperan ansiosos la apertura de la media veda para poder disfrutar de este espectáculo, brindado por los buenos ejemplares de mostradores británicos.
No pecaremos de exagerados si afirmamos que ninguna otra raza domina la velocidad y la amplitud de búsqueda como lo hace el pointer. Se trata del perro de gran búsqueda por excelencia, junto al setter inglés, y a eso le añade una gran capacidad olfativa y una pasión desbordante.
Por todo esto, la caza de la codorniz con pointer está reservada a aquellos que priorizan la belleza del trabajo del perro a lo abultado de la percha. Esto no quiere decir que el pointer localice menos codornices que otras razas, sino que las que busque, encuentre y muestre nos dejarán la experiencia grabada en la memoria.
Para hablar del pointer y de sus cualidades como perro codornicero hemos acudido a Fabio Calabrese, presidente del Pointer Club de España. Varios cazadores nos recomendaron escucharle debido a que ha cazado codornices con pointer durante muchos años y en numerosos entornos, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras.
El pointer, el perro ideal para la caza de la codorniz
Fabio Calabrese, presidente del Pointer Club Español
Fabio Calabrese con dos de sus pointers.
Soy cazador desde mi infancia, desde el momento en el que superé la altura de la hierba. Ya entonces acompañaba a mi padre a cazar y las espigas del campo me acompañaban. Hasta donde puedo recordar, en mi casa siempre hemos tenidos perros de caza de raza pointer y setter inglés.
Me considero un afortunado por llevar más de 40 años cazando con esta magnífica raza. Además, he tenido la suerte de cazar la codorniz en diferentes países del mundo, como Marruecos, Serbia, Cuba, sur de Italia, Grecia, Bulgaria y, por supuesto, en varios lugares de España.
El rey del viento
Un verdadero pointer tiene fuego vivo en los ojos y en la sangre, y para dar el máximo de su capacidad es necesario de tener la posibilidad de entrenar en terrenos que cuenten con animales salvajes.
El pointer es el rey del viento, la esencia del galope y la rigidez inconfundible en la muestra. Pasión y belleza en una misma raza, emoción y pureza en la caza de la codorniz. Son ya muchos años los que llevo disfrutando de sus dotes venatorias y de su gran poderío, que resalta en los calurosos meses de verano.
Ideal para la media veda
Para mí la raza más cualificada para la media veda, por ser la reina de las llanuras y aguantar las altas temperaturas del verano, es el pointer. Sobre todo, por su estructura física. Esto no quiere decir que no se deba dejar de entrenarlo adecuadamente para que el perro mejore sus habilidades zootécnicas de cara a su eficiencia durante la media veda.
Si entrenamos a nuestro pointer en las condiciones en las que se desarrolla la caza en media veda, es decir, las temperaturas, los terrenos, incluso la pieza, llegaremos a la apertura de la temporada con nuestro atleta en las mejores condiciones.
Una de sus mejores virtudes le hacen poseedor de una extraordinaria nariz, que le garantiza buenos resultados en la media veda. Durante la jornada de caza es un perro con un sentido del olfato superior a cualquier elogio, sobre todo, teniendo en cuenta la velocidad con que el perro realiza su trabajo, caracterizada por un galope rápido en paso largo e inagotable.
El pointer presenta una búsqueda enérgica, codiciosa e impetuosa, pero controlable por el cazador y que rara le lleva fuera de su alcance.
Pero debemos tener presente que estamos ante una raza no considerada adecuada para cazadores que quieren tranquilidad y andar con paso de turista, ya que estamos hablando de un atleta incansable dotado para una búsqueda deportiva.
Su pelo corto le otorga ventaja ante su hermano, el setter, para esta disciplina. Cazar con pointer la media veda es gozar de un estilo sin igual, de la belleza de su galope y sus muestras cortantes dotadas de gran firmeza.
Cuando entra en contacto con la caza
Una de las peculiaridades que diferencia al pointer frente a otras razas es que cuando advierte la emanación, pasa de un galope veloz y potente a la más absoluta quietud, esto en tan solo un segundo. Le sigue, cuando así lo requiere la situación de caza, la guía, esa secuencia de movimiento enérgico, concentrado, para volver a la quietud ante el bloqueo de la pieza.
La energía contenida y concentrada en esta acción le diferencia del resto de razas y hay quien la llama «la muestra de las muestras».
Tras la muestra…
Resulta de gran relevancia haber trabajado el tema del equilibrio entre el cazador y el perro en esta situación de caza. Una vez que el perro cae en muestra, debe haber un trabajo sólido de compenetración para concluir el lance de la manera más óptima.
El perro viene de un animal que cazaba para sí mismo, para comer. El hombre educa esa acción de caza para aprovecharla en beneficio propio. En este sentido, la acción natural propia del perro, y que el hombre reeduca, se puede aplicar al momento de la muestra.
Cuando el perro para, debemos dejar el protagonismo oportuno al perro. Hay cazadores que caen en el error de acudir de manera apresurada cuando un perro muestra. Esto puede ocasionar que el can, ante esa situación de estrés, pierda la propia muestra.
El cazador debe, con gestos y movimientos previamente entrenados, como el chasquido de dedos, tocarle la oreja o el lomo, conseguir que el perro se deslice, continuando con la acción de muestra, para que concluya la acción con el levante de la pieza.
Algo muy diferente es que la pieza está muy enmatada o simplemente no abandone su escondite, lo que requerirá algún movimiento por parte del cazador, pero en un caso normal, hay que respetar el proceso natural que hemos descrito. Un perro con un buen equilibrio entenderá este proceso mucho mejor que cualquier otro.
En resumen, el perro está en muestra, el cazador llega, le acaricia o chasquea los dedos para que guíe, lo que consigue cerrar la acción bloqueando a la pieza. Todo esto lleva al levante de la misma.
El cobro
Esta raza no ha sido seleccionada para recuperación y cobro, pero hoy en día puede expresarla con excelencia, incluso con caza de pelo, y siempre con boca suave. La raza ha evolucionado y ha completado su funcionalidad con un cobro efectivo.
Podemos cometer muchos errores a la hora de cobrar una pieza, y el más repetido es que el cazador le quita protagonismo al perro, consciente o inconscientemente.
Una vez abatida la pieza, si el perro no ha visto dónde ha caído, no nos moveremos, dejaremos que el perro desarrolle esta experiencia y aprenda a utilizar la dirección del viento.
Si el perro no entrega, cuando tenga la pieza utilizaremos algo que todos los canes incluyen en la conducta: aman estar con sus dueños. Si no viene a entregarnos lo que ha cobrado, andaremos en sentido contrario a su posición. Él siempre nos seguirá, y le motivaremos llamándole. En este momento, no se la quitaremos de la boca, sino que reforzaremos ese logro que acabamos de conseguir. Aún no ha aprendido que debe entregárnoslo, por lo que nunca se lo arrebataremos. Le dejaremos jugar con ella, le premiamos y convertimos la entrega en algo agradable para él.
Sus especialidades son la codorniz, perdiz y, aún más, becada y agachadiza.
Aprendizaje
Muy temprano en el aprendizaje, tiene una notable resistencia y capacidad para tratar con casi todos los climas. Obviamente, con el frío, ya que se trata de un perro de origen inglés, pero, sobre todo, con el calor más tórrido.
El entrenamiento del Pointer puede comenzar desde los primeros meses de vida. En los primeros dos meses, el perro ve cada acción como un juego, por lo que cada comando está motivado por un premio circunstancia.
Una experiencia inolvidable tras las codornices
Hace unos años Vicente Amat me ofreció la posibilidad de vivir unas jornadas de caza a la codorniz inolvidables. Fuimos a la Isla del Hierro los dos y Olegario, un cazador local que nos acompañó. Vicente organizó todo con el Cabildo para poder acudir allí para realizar un reportaje de caza de la codorniz con pointers.
El Hierro es una bellísima isla volcánica, pero tiene un hábitat muy peculiar, con una temperatura muy alta y una humedad elevada. Aquellos días de caza nos demostraron la valentía y la eficacia del pointer en terrenos difíciles. Aquellos suelos eran muy agresivos, y la codorniz en la isla era autóctona, criaba en suelo insular, por lo que eran perfectas conocedoras de aquellos terrenos, lo que las llevaba a defenderse de manera muy complicada para los perros. Además, ante la muestra, la codorniz apeonaba muchísimo, lo que obligaba a los perros a sacar a relucir sus mejores guías para conseguir levantarlas en vuelo.
Sin duda, fue una gran prueba para los pointers que superaron con una nota excelente.
El perro en estos terrenos debe demostrar su resistencia, no solo por cazar durante toda la jornada, sino porque aquellos suelos volcánicos eran muy duros.
Por todo esto, podemos afirmar que el pointer no encuentra dificultad en ningún tipo de terreno. Tiene virtudes para diferentes tipos de terrenos, y dependerá del cazador y de la preparación y adecuación que el cazador efectúe con sus pointers.