A la espera de las becadas

Aunque pocas becadas han entrado, los cazadores están pendientes del cambio de luna de fin de mes y de que las condiciones meteorológicas en el norte de Europa sean más adversas para que el pájaro de ojos aterciopelados inicie su migración hacia estos lares.


En cuanto al número de becadas que cumbreen los Pirineos, todo dependerá de cómo se ha dado la época de nidificación y cría de este misterioso pájaro que tanto interés suscita entre un colectivo de cazadores ejemplo de bien hacer, no exento de respeto hacia esta emblemática ave.

No todas las becadas emigran ni tampoco las que lo hacen llegan hasta África. Son muy complejos y desordenados sus desplazamientos que se remontan a la noche de los tiempos. Algunas emigran porque presienten que el invierno se avecina, pero otras emigran por atavismo, por haber heredado esa costumbre de generación en generación y sienten la necesidad de hacerlo una vez llegado el otoño. De hecho, las primeras becadas que nos llegan son impulsadas por el atavismo y el resto por las precipitaciones atmosféricas como heladas, nieves…

Si en los países del norte y centro de Europa discurre el invierno con suavidad, si sus rigores no se hacen sentir en los países de referencia, la entrada de becadas será muy pobre. Y en cambio, si el invierno se presenta con toda su crudeza, emigrarán en busca de zonas más templadas donde haya tierra blanda y humedad para poder alimentarse de gusanos.

Y lo hará con la mayor atención al meter el pico, sin olvidar el peligro que puede venirle de cualquier otro animal. De hecho, por este motivo los ojos se han ido desplazando de sitio hasta trasladarse a la parte posterior de la cabeza, quedando situados detrás de los oídos. Es una curiosa anomalía anatómica del género Scolopax.

Posiblemente donde más becadas se abatan en España sea en Navarra, Burgos, Asturias, Euskadi, Galicia y Aragón, seguidas por Baleares, y donde más de toda Europa en Francia, aproximadamente un tercio de los 3-4 millones del total. España rondaría los 130.000 ejemplares al año.

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