Otro desastroso año de codorniz
Lamentablemente, mis pesquisas y la fiabilidad de mis variadas y documentadas fuentes de información han vuelto a tener razón, aun cuando la misma víspera de la apertura ciertos sujetos, tan carentes de vergüenza como de información, se deshicieron en loas al año coturno en todos los medios de comunicación.
Pues bien, a algunos les voy a recomendar que sean moderados en las libaciones con el fin de no multiplicar las que vean por los lingotazos de tintorro que se endosan. Y a los otros, que en ocasiones son reincidentes, les digo que ya son mayorcitos para utilizar la física cuántica para estos menesteres. Es preferible que sigan con el postureo y el figureo, de todos conocido, sin olvidarse de sus consabidos progromos que cuando llegan a la administración, no pasan del bedel de la entrada al edificio.
Por otra parte quisiera dar las gracias a quienes, habiéndose equivocado, lo han reconocido por escrito y han procedido en consecuencia en aras de no perjudicar al colectivo. Gracias de corazón en nombre de la afición y tengan presente que si tuviésemos una estructura congruente, no necesitaríamos poner en un brete a la gente de buena voluntad cuyo único pecado es confundir lo que desean para nosotros, con la triste realidad.
Una vez más, la administración no ha gestionado debidamente la desveda de la codorniz
Meses antes de la desveda se veía por todo aquel que quisiese mirar y tuviera unas mínimas nociones de agricultura que la cosecha venía con más de un mes de retraso como consecuencia de una meteorología adversa y unas tormentas de espanto como colofón final de un año que ha propiciado una cosecha excepcional de cereales, oleaginosas, forrajes y demás productos relacionados de forma directa o indirecta con la codorniz.
Pero eso que dicen los sabios de que «a mucho agua, muchas codornices», es una paparruchada sólo superada por aquellos que dicen y escriben que «a buen año de cereales, mejor de codornices». Pues bien, en el tema coturno intervienen muchos factores ya que a la hora de evaluar hay que tener en cuenta lo ocurrido en toda su área de dispersión, y en España carecemos de información sistematizada de la propia Península, cuanto si más de los periplos acaecidos en toda su desconocida área de dispersión. Y si se sabe algo, se sabe de oídas, pues adolecemos de la no utilización de herramientas tales como la cartografía, la informática, el big data incomprensiblemente tan paralizado en muchas administraciones del Estado.
Utilicen las subvenciones para temas de estos en los que hay mucho que hacer y den paso a una juventud que ha demostrado su valía en otras áreas del saber. Yo creo que ya va siendo hora de que se retiren los caciquillas de alpargata que, en sus remotas mocedades, fueron campeones de la caza de codornices con trillo tirado por semovientes.
Pues bien, con la situación antes someramente descrita se permiten las autonomías el lujo de fijar las desvedas con más de seis meses de antelación. Y luego, cuando se sabe a ciencia cierta que entraron pocas codornices y encima criaron tarde, no se molestan en variar ni en un solo día la desveda mil meces anunciada por los pilotos de las cosechadoras. Y encima se despacha la administración pertinente diciendo que un coto puede abrir cuando quiera siempre y cuando no sea antes de la fecha fijada ni se cace en los días señalados como no cazables. No obstante, dejan bien claro que la fecha de cierre es inamovible. ¿Ustedes se imaginan las trifulcas que se organizan cuando por la media veda se han planificado vacaciones, reservado hoteles, etc., etc? Sepan que en esta ocasión algunos recibieron la noticia cuando ya habían salido de Francia, etc., etc.
Las exiguas perchas de codornices con sus pírricas excepciones
Miren ustedes, mi coto fue uno de los que no desvedaron el primer día y… me dio por ir al campo con las cámaras fotográficas para fotografiar todo lo que fuera de interés en el corazón de esta Castilla La Vieja (ahora Castilla y León). Como me gusta recorrer una y mil veces los pueblos donde di mis primeros pasos, visité Villalcazar de Sirga, Arconada, Santillana, Lomas, Villoldo, etc. etc. y salvo un señor de nombre Eduardo que llevaba una percha de 20, el resto de los muchos cazadores que vi llevaban una media aritmética que no llegaba a cuatro, siendo varios los que, desesperados, iban de vacío.
Otra percha similar llevaba mi amigo Manuel, de Saldaña. O sea, había en el campo las mismas perchas grandes que el año pasado, que fue un año malísimo, pero la mayoría —insisto— no llegaban a la media docena ni con mucho. Fueron más los que se vinieron de vacío que los que mostraron percha grande. Motivo este por el que yo fotografié y recepté de los amigos las imágenes de las perchas grandes, y también de las pequeñas que fueron —insisto— la inmensa mayoría. Lo hago para que no me vengan con milongas de esas que dicen: Un señor en no se sabe dónde para eso de las diez de la mañana ya llevaba 27. ¡Venga ya…!
Al desvedarse el día 17 lo que se iba cosechando, el fracaso fue en aumento con la imposibilidad de poder cazar, pues las pocas que había llevaban la pollada como pardales de grandes o un poco más pequeños, pero no cazables.
Y así ha seguido la media veda hasta el día 28 con bastante cereal en pie todavía, tanto ha sido así que muchos se marcharon a casa el primer día sin mirar para atrás ni decir adiós a los amigos.
Historias parecidas se dieron y se están dando en toda España. Tanto ha sido así que Guipúzcoa, con una afición tremenda y unos perros excepcionales, ha publicado una queja que es un flash de la realidad: Fracaso estrepitoso: hay escasez de codorniz.
En la provincia de Palencia, como en toda Castilla y León, han pintado bastos y la prensa generalista de las diferentes provincias ha reconocido la situación con disculpas de malos pagadores. Disculpas posiblemente provenientes de quienes mintieron inicialmente para que la venta de tarjetas no decayera. Resumiendo: en toda España el fracaso ha sido total y los mentirosos de siempre han adornado la mentira con falacias fuera de lugar, pues debieran de exigirles responsabilidades a todos los efectos y, desde luego, si cesaran en sus puestos venatorios nos harían un gran favor a todos.
Ojo con los digitalizadores acústicos que contienen reclamos grabado
No hay año en el que el SEPRONA no atrape a sinvergüenzas y ladrones utilizando estos medios. Son los grandes trasnochadores y magnos madrugadores que en ese intervalo dejan el aparato funcionando a las tantas de la madrugada y mucho antes del amanecer lo retiran para que no se lo birlen. Y tengo que reconocer que el dichoso sistema funciona. Pues bien. Cuando un año como este oigan muchos tiros concentrados en una pequeña superficie, sospechen con fundamento.
Esas grandes perchas, siempre de los mismos, suelen tener gato encerrado. Estén atentos, pues si en años como este, que hay cuatro codornices, nos quitan tres, somos más los que venimos de vacío que los usuarios de las nuevas tecnologías aplicadas a la venatoria española. Esto lo hago extensible a esos sujetos de los puestos de pasa que llevan su APP en el teléfono móvil para llamar a los zorzales, y luego los listorros presumen de cazadores.
Este año ya han pillado a dos en Burgos y a otros que no cito por carecer de la evidencia documental que, en su caso, necesitaría.