La llegada de la caza mayor ha sido un regalo de la naturaleza que no nos merecemos. Las mismas estructuras de gestión, fracasadas de la menor, son las que enarbolan a la mayor y hasta se atreven a pronosticar futuros de gestión, cuando no han sabido siquiera diagnosticar el fracaso del pasado. Son ahora los mismos perros con otros collares los que cantan a parado.
Traílla y batida montera
Ambas formas de caza coexisten en función de la orografía, hábitat y costumbres de la zona. Básicamente, y con excepciones en Ourense y zonas montañosas de Pontevedra, se suelta y en el resto se suele emplazar con el perro de cuerda.
Conçertar la Caça, que dirían en tiempos de D. Alfonso XI.
La efectividad de la caza emplazando, cuando puede haber seis, siete o más monteros cortando rastros, entre una maleza selvática es mucho mayor que monteando a la suelta.
Suelen las mañanas ser trabajosas para los perros de rastro y, después de comer, se juntan monteros y cazadores y en una armada, en corto, se visitan uno o más emplaces de jabalí. De media se suele sacar un jabalí abatido en cada emplace visitado y como, al contrario que en Asturias, no existe cupo diario; la extracción suele ser abundante.
Hoy se escucha la opinión en muchos foros de más de un montero gallego que, más allá del autocontrol, se imponga un cupo máximo como en Asturias.
Luego entra la ética del buen montero para soltar en todos los emplaces, o no. Porque, una vez terminados los precintos, la administración está en plan de regalarlos como churros y luego nos quejaremos cuando la abundancia de los magníficos gestores vuelva a convertirse en escasez y necesidad como con la caza menor.
La caza en montería o a la suelta requiere de un mayor despliegue de personal y de perros. Sus resultados son más inciertos y producen más ceros, aunque de vez en cuando se ven perchas bastante grandes. En este sentido suele reunir a varias peñas y ser más social. El sistema de emplace con perro de cuerda se suele celebrar dentro de cada coto, incluso dentro de cada cuadrilla, de las que cada coto pueda tener varias. Dicho de otra forma, es una actividad cinegética mucho más endogámica que la montería, evidentemente.
Poblaciones y previsiones monteras hasta enero
Mientras en el resto de España la temporada de caza mayor no empieza hasta octubre, en Galicia, sometidos a la dictadura de lo políticamente correcto con respecto a los daños agrícolas, se comienza el último fin de semana de agosto. Suelen ser batidas mixtas, jabalí y corzo.
No es el calor el mejor aliado para conseguir que grifones y sabuesos obtengan buenos resultados. Con que no se mueran de un golpe de calor ya es bastante. Será a lo largo del otoño, cuando las temperaturas caigan y las lluvias rieguen el secarral, cuando mejoren las capturas. Mientras tanto creo que lo único que se ha conseguido es molestar a las cochinas en el monte y empujarlas hacia las zonas urbanas y los cultivos.
Mientras no se recoja el maíz, no debiera permitirse el inicio de la caza con perros. Lejos de solucionar el problema de los daños agrícolas, esta anticipación, sin lugar a dudas, lo acentúa.
El jabalí
En cuanto a las poblaciones de jabalí, el bajonazo ha sido impresionante. La Consellería de Medio Ambiente había encargado un estudio sobre las poblaciones de jabalí, determinando el equipo del prestigioso profesor Enrique Valero, de la Facultad de Forestales de Pontevedra, que la caída había sido cercana al 50% de los individuos en unos pocos años solamente. Esto sirvió para convencer a la administración de la necesidad de recortar la temporada, porque literalmente nos quedábamos sin jabalí.
Se recortó finalmente un mes en la época de la paridera que buena falta hará.
Desgraciadamente, la segunda parte del trabajo que el profesor Valero redactó y en el que participaron todas las asociaciones cinegéticas de Galicia, duerme el sueño de los justos en un cajón. Esa segunda parte que consistía en determinar las formas de manejo de las poblaciones de jabalí en distintas áreas, no parece ser del agrado de la nueva directora general, Ana María Díaz López, más proclive a políticas populistas que científicas. Una pena.
Esto no es una cuestión electoralista. Feijoo nombró a una de las mejores directoras generales que hemos conocido, Verónica Tellado. El cambio por la actual ha sido nefasto y ha significado una paralización absoluta de la administración en el departamento medioambiental. Una pena.
El corzo
El corzo parece haber detenido su caída en picado a consecuencia del moscardo y sus problemas asociados de predación, lobo, perros asilvestrados etc. No dejemos atrás una presión cinegética excesiva en muchos casos, no en todos.
En zonas del norte de Lugo, donde la afección había sido máxima, al bajar el vector de transmisión parece que, poco a poco, se está recuperando la especie libre de larvas…
Ciervo
Sigue aumentando al este, norte y sur de Ourense. Parece que el lobo, con un aumento alarmante de su población, además de los daños ganaderos, está ayudando a una mayor dispersión y colonización de nuevos lugares al ciervo en Galicia. También es cierto que donde existe la selección natural de la predación también ayuda a la mejora del trofeo, esa es mi impresión. Mejor criterio tendrán los científicos, que yo no lo soy.
Cabe también reseñar que esta especie se está expandiendo ya fuera de las Fragas do Eume, en el norte de A Coruña, y también en los aledaños de Mondoñedo, en Lugo, aunque sus trofeos son de menor entidad que los ourensanos. En el caso de las Fragas do Eume la especie está pidiendo a gritos una adecuada gestión de hembras.
Cabra montés
Como ya predije el año pasado con notable revuelo mediático, una falta de gestión, ahora con claridad achacable al principal responsable medioambiental, ha permitido que solo se cazase este año pasado un ejemplar trofeo y no se ejecutase la importantísima extracción de selectivos. La población se muestra exultante en zonas del Xurés como Rio Caldo, aunque finalmente será el nuevo conteo contratado a regañadientes por la Xunta a Luis Llaneza quien determinará científicamente los censos y zonas de caza en los acotados del Parque Natural, con toda seguridad.
Osos
Aunque no es una especie cinegética, su aumento en Galicia es un síntoma claro de la buena salud que presenta la especie en todo el norte. También en su dispersión influye la presión predadora del lupo.
Sabido es que una manada de lobos puede
entretener perfectamente a una osa, al tiempo que otros miembros del clan dan buena cuenta de los esbardos.
Hace tres o cuatro años he podido comprobar cómo una osa que se sabía había parido en Navia de Suarna, se dejaba ver con sus crías por Castro de Valcarce y Pedrafita, en la raya de León. Una noche los oseznos acabaron metiéndose en medio el pueblo por la presión del lobo. Poco les faltó a los pobrecillos para pedirle ayuda a la Guardia Civil.
En las semanas y meses siguientes hemos tenido en la Asociación de Caza Maior de Galicia conocimiento del deambular de la prolífica madre hacia Samos, en pleno camino de Santiago, y luego, más al sur, hacia los colmenares de Seceda do Caurel.
Hoy son nuestros socios en A Pobra de Brollón, cerca de Monforte, los que nos indican que estos jovenzuelos, ya mozotes, se han estabilizado en aquella zona. Incluso alguno de ellos ha sido visto a muchos quilómetros de allí, en O Irixo, ya cerca de la linde de Pontevedra en lo que parece un simple viaje de exploración.
La naturaleza en el Noroeste nos da mucho más de lo que nos merecemos. Entre las incapacidades y vanidades de unos, el afán de lucro de otros y la cobardía de políticos y administración, no consigo explicarme esta relativa abundancia que hace adivinar un futuro mejor si nosotros, los cazadores, dejásemos de pensar en la malsana competencia entre peñas, y de aceptar por parte de quienes dicen representarnos, la sucia coima de la subvención cuando es para cerrar boca y retratarse genuflexos al lado del poder.
Las cosas podrían ser distintas si los cazadores fuésemos capaces a pensar en el futuro y en la caza que dejaremos a nuestros hijos, que no toda la culpa es de los otros, nosotros también ayudamos con nuestros egoísmos y cobardías sociales al ocultar nuestra condición.