Recuerdo de niño a los mayores que salían al campo con aparatosas chaquetas y con los harapos más viejos que tenían por casa. Ropa poco adecuada para aguantar el frío mañanero o las lluvias de invierno, pero es lo que entonces se conocía y lo que la buena gente tenía a su alcance.
A mí, en cambio, una de las cosas que siempre me ha preocupado ha sido buscar la ropa de caza adecuada para cada situación y es por eso que con el paso de los años he ido perfeccionando mi equipo, siempre buscando los mejores materiales técnicos.
Hoy en día, gracias a los avances tecnológicos, el sistema de multicapas a la hora de abrigarse se va imponiendo entre los cazadores. Las prendas técnicas que encontramos en el mercado son cada vez más ligeras y aislantes, lo que nos permite combinar nuestro equipo en función de las condiciones meteorológicas.
Para los que no lo conozcan, el sistema multicapas básicamente está formado por una capa térmica, una capa caliente y una última capa aislante.
La capa térmica o interior aísla y facilita la transpiración. Es la prenda que va en contacto con la piel y hasta el momento no he podido probar nada como las fabricadas en lana merino.
La capa caliente o segunda capa, es la que hace que el cuerpo no pierda calor y se mantenga a temperatura constante. Quizá la opción más usada sea el forro polar.
Por último, lo ideal es usar una prenda cortavientos. No recomiendo que esta prenda sea impermeable ya que sería menos transpirable. Las prendas técnicas que encontramos en el mercado suelen aguantar una lluvia moderada, para casos más extremos recurriría a una prenda especial de agua.
Para climas de frío extremo necesitaríamos una capa adicional, los plumíferos de caza suelen dar muy buen resultado ya que abrigan y son ligeros.
Espero que esta breve explicación os sea útil y os ayude para mejorar vuestro confort en las salidas de caza. A mí, me sirve.
