¿Por qué con arco?

Seguro que son muchos los cazadores que se plantean probar el arco como una nueva herramienta de caza.


Las dudas que les surgen a estos cazadores son las típicas que a todos o casi todos los que cazamos con arco nos han rondado alguna vez por la cabeza. ¿Por qué pasarnos a un arma mucho menos efectiva, con un alcance menor y que requiere de más esfuerzo y sacrificio? Todos sabemos que cazar no es barato y que realmente son contadas las oportunidades reales de caza que tenemos... Entonces, ¿por qué perder oportunidades? ¿Por qué elegir un arma que nos hará abatir menos caza? A todas esas preguntas debemos darles respuesta antes de decidirnos a emplear el arco como arma de caza, porque debemos ser muy conscientes de que el arco tiene sus limitaciones. La primera gran desventaja del arco frente a las armas de fuego es la distancia efectiva. Cazando con rifle los tiros hasta doscientos metros son afrontables por la mayoría de cazadores, en cambio con arco rara vez se cazan animales a una distancia superior de treinta metros. Analizando fríamente este punto nos daremos cuenta de las oportunidades de abate que vamos a perder, porque vamos a estar obligados a acercarnos a nuestras presas a distancias muy críticas, donde el más mínimo detalle podrá arruinar la buena finalización de nuestro lance. Además tenemos que tener presente que una bala tiene un tremendo poder devastador, infinitamente más grande que el que pueda tener una flecha. Por si lo anteriormente comentado les parece poco lastre, encima el arco precisa de un entrenamiento mucho más estricto y riguroso que el uso de armas de fuego. Principalmente porque la acción de tensar y manejar arcos potentes de caza con comodidad requiere de una práctica más o menos constante. Si analizamos todo esto, la primera impresión es que elegir el arco como arma de caza carece de sentido. Pero por suerte, no siempre la conducta aparentemente lógica es la correcta, es por eso que nos gusta buscar nuevos retos y es que como humanos tenemos bien claro que cuanto más largo y difícil sea el camino, mejor será la recompensa al final. Por eso valoramos en demasía un buen trofeo o el lance de un día de frío y lluvia. Y es que cazar con arco supone añadir dificultad a la caza y por lo tanto magnificar los resultados, primar el lance muy por encima de lo que pueda ser el trofeo y vivir con muchísima intensidad cada jornada de caza. Si me preguntasen a mí, ¿por qué con arco?... Les diría que aunque durante muchos años he sido cazador de arma de fuego, mis mejores recuerdos y momentos vividos en el campo tienen una flecha como protagonista. Les diría que he esperado en la noche a los jabalíes hasta el punto de escucharles respirar a escasos cinco metros de mi puesto y que he disfrutado de su presencia sin la necesidad de unos prismáticos, que he tensado el arco a animales a los que mientras apuntaba les veía salir el vaho por sus fosas nasales y que en todos esos momentos el tiempo se ha ralentizado transformando los segundos en minutos. Les diría, que he observado el campo y la naturaleza de otro modo, que me he sentido más integrado en ella y que he aprendido miles de cosas, porque créanme amigos que las sensaciones que transmite cazar cerca son incomparables. ¡Hagan ustedes la prueba!
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