Pajaritos fritos
La media veda, el pequeño aperitivo de los cazadores en España.
Hace años Félix Rodríguez de la Fuente se asustó al ver cómo una pareja de enamorados, tan tiernos ellos, estaban comiendo pajaritos fritos en la barra de un bar. Así nos lo comunicó en su intervención habitual en aquel entrañable programa, de aquella tele en blanco y negro, que se titulaba Fin de Semana y que tenía también apartados para la caza y para la pesca. Hoy, afortunadamente, es impensable que en nuestro país se puedan comer esas avecillas variadas.
Pero el caso es que cada vez nos llegan menos aves migratorias africanas a la Península Ibérica, porque hay algo que las detiene para siempre en su viaje.
Las redes japonesas de captura de aves con fines científicos están formadas por microhilos que los pájaros no perciben ante la tensión que adquieren entre bastidores, el pájaro choca y queda envuelto. Es un método eficaz de captura masiva, y también es selectivo porque se pueden soltar las aves atrapadas. Se utilizan para hacer catálogos de avifauna en diversos hábitats y para anillado y suelta. Hasta aquí perfecto.
Pero desgraciadamente no solo se utilizan con fines de investigación, también se utiliza su captura para la venta. Toda la costa mediterránea africana desde Marruecos a Israel pasando por el Líbano, Siria, Turquía y Malta es una barrera al paso migratorio pues se encuentra surcada de punta a punta por estas redes.
Caen en ellas sobre todo paseriformes migratorios de todo tipo, la mayoría insectívoros, pero también aves medianas: Oropéndolas, abubillas, críalos, abejarucos, y las migratorias cazables en la media veda en la Península Ibérica: tórtolas y codornices, estás últimas caen por miles, ya que su vuelo no es de altura.
El destino de estos pajaritos es venderlos para su consumo, se venden a granel surtidos de especies en los mercados de El Cairo pero también en las ciudades magrebíes, sirias y libanesas.
Si el amigo Félix, amigo nuestro y de los animales, levantara la cabeza, volvería a asustarse de que en esta sociedad global ocurra todavía esto.