Los políticos y la caza (I)

El diputado del PP Teófilo de Luis ha definido el espíritu de este blog en una reciente intervención en el Congreso de los Diputados: "Al que caza, hoy se le debe contemplar como una persona firmemente comprometida con la conservación del medio natural" -afirma el diputado-, porque sin la conservación del hábitat -prosigue certeramente- "es absolutamente imposible que existan especies cazables".


De Luis viene demostrando desde hace años que sabe de caza, que le gusta la caza y que está decidido a defenderla donde haga falta. Y donde más falta hacen los defensores de este deporte es en las altas instituciones del Estado, en los foros donde se toman las grandes decisiones. Al PSOE, que tiene en altos cargos a reconocidos cazadores, también se le presupone su apoyo a la caza. Sin embargo, no se le ha apreciado una defensa decidida de la actividad cinegética, quizás temiendo perder la gracia de una parte de su electorado. Así, la diputada socialista Manuela Holgado, estuvo tibia, muy tibia, en su réplica a la intervención de De Luis. Aunque defendió la caza como sector capaz de generar riqueza, cayó en el peor de los tópicos al definirla como "uno de los fenómenos socionaturales que más pasiones y más críticas genera. De ahí que cuente con un importante número de defensores como de detractores". Pero, ¿y los datos? El de defensores ya lo conocemos. La Federación Española de Caza tiene 400.000 miembros y se estima que el número de cazadores puede ser el doble, teniendo en cuenta que hay un millón de licencias de escopetas de caza y tiro. Sin embargo, no hay ninguna estadística cierta sobre cuántos son sus detractores y tampoco la ha aportado su señoría. Así, por mucho que resalte esta diputada el dinero y el empleo que genera la caza, cayendo en ese lugar común ayuda a alimentar la falacia de que unos son tanto como otros. El día en que los cazadores se echen a la calle, ay ese día, se podrían aclarar las dudas.
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