Hacen una matanza casera clandestina y terminan en el hospital
La matanza clandestina de un cerdo ha terminado con el contagio masivo de triquinosis a diecisiete personas que degustaron la carne sin realizar el previo control sanitario pertinente.

El tradicional festejo tuvo lugar el día 8 de enero en Retuerta del Bullaque, una población ciudadrealeña que apenas llega a 1.000 habitantes. Las personas afectadas son los miembros de la familia que realizó la matanza y amigos y parientes de estos, que consumieron los embutidos del cerdo.
La noticia ha sido confirmada por la Junta de Castilla-La Mancha y publicada por El País.
El mayor brote desde hace siete años
Se trata del mayor caso de contagio por esta enfermedad parasitaria, provocada por la invasión de larvas de triquina, de los últimos siete años. Aún así, solo uno de los diecisiete afectados —todos de entre 11 y 67 años— requirió ingreso hospitalario, mientras que el resto mejoró con tratamiento antiparasitario.
Los síntomas conllevan fiebre, dolor abdominal, calambres, diarrea, dolor muscular al respirar, masticar o utilizar músculos largos, palpitaciones, edema palpebral, rash cutáneo, cefalea y/o visión borrosa.
El cerdo fue criado en semilibertad
El animal infectado había sido criado en semilibertad. La infección ocurre principalmente entre animales que comen carne – ya sean carnívoros u omnívoros – al ingerir carne cruda o poco cocinada que esté infectada por las larvas del género Trichinella, que se hospeda en los músculos del animal parasitado.
No se ha impuesto sanción
El Gobierno Regional de Castilla-La Mancha abrió un expediente a la familia que llevó a cabo la matanza, pero los inspectores de sanidad no han impuesto ninguna sanción.
La Junta de Castilla-La Mancha obliga a quienes realizan este tradicional acto en casa a solicitar al Ayuntamiento de su localidad el permiso correspondiente, que designará los días oportunos, y éste, a su vez, informa sobre el procedimiento a seguir para que se realice la inspección veterinaria, según el Decreto 117/94. A continuación se les ofrece un listado de veterinarios y el designado será quien realice la inspección y examen macroscópico de la canal y a la recogida de muestras para el examen sistemático de triquina. Una vez conocido el resultado, el veterinario entregara al solicitante copia del documento donde se refleje el dictamen.
El alcalde desconocía la normativa
Miguel Ángel Villa, alcalde de Retuerta del Bullaque, ha admitido a El País que «no tenía noticia de que era necesario que los vecinos tuvieran que exigir un permiso», por lo que la normativa, de manera general, no se cumple en el municipio.