ONC y Federación Navarra de Caza se reúnen con el Gobierno Foral para analizar el aumento la violencia animalista

La Federación Navarra de Caza y la Oficina Nacional de la Caza han mantenido una reunión con el Director General de Interior del Gobierno de Navarra, Agustín Gastaminza Oiz, y con los responsables de la Policía Foral Gerardo Goñi —de Seguridad y área de Interior— y Pablo Cosín, Inspector Jefe de la Unidad de Medio Ambiente.


 Reunión caza Navarra
Reunión caza Navarra

Este encuentro es consecuencia de las investigaciones actualmente operativas sobre los casos de vandalismo y amenazas que están sufriendo tanto cazadores como infraestructuras relacionadas sector, como las tradicionales palomeras. Estas actuaciones están perjudicando notablemente a los ingresos de Ayuntamientos, que tienen en las subastas de estas palomeras una parte importante de sus ingresos, que revierten en una comunidad rural siempre necesitada de inversiones para al menos subsistir. Se trata de una violencia en aumento tanto en Navarra como en el País Vasco.

Esta reunión con el Gobierno Foral es continuación de anteriores citas celebradas con el delegado del Gobierno, responsables de Medio Ambiente, alcaldes y cazadores perjudicados por estos sabotajes vandálicos.

Ante esta situación José Ángel Remírez, presidente de la Federación Navarra de Caza, y Felipe Vegue, presidente de la ONC, concertaron este encuentro para conocer el estado de las investigaciones e instar cordialmente a los responsables de las mismas a no cejar tanto en el empeño del esclarecimiento como en la búsqueda de los culpables de cierta organización animalista de carácter radical y violento, que se atribuye actos cada vez más frecuentes contra instalaciones cinegéticas. De hecho, en sus redes sociales se vanaglorian de estas actuaciones e incitan a seguir su ejemplo a otros activistas.

La violencia gratuita no parece tener límites en un colectivo animalista que se cree impune, y la respuesta por parte de la policía foral debe ser contundente. De no ser así, el avance de este movimiento animalista radical se traducirá en una escalada violenta hacia todas nuestra tradiciones y animales objeto de aprovechamiento ganadero o industrial, perjudicando intereses del mundo rural vitales para el desarrollo diario de nuestros pueblos.

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