Habla el perrero agredido en Lérida por los anticaza: «Me quisieron quitar el perro a tirones»

Un grupo de manifestantes anticaza intentó quitarle el perro cuando lo llevaba de urgencia al veterinario. David, este perrero, nos cuenta los momentos de tensión que vivió ante las amenazas e insultos de estos radicales.


 Agredido en Lérida por los anticaza
Agredido en Lérida por los anticaza

 Agredido en Lérida por los anticaza
 Agredido en Lérida por los anticaza
 Agredido en Lérida por los anticaza

Hemos contactado con el protagonista de esta terrible historia. Un perrero leridano, un cazador con mayúsculas que abandonó una batida cuando uno de sus perros resultó herido. Que se quitó el jersey a principios de febrero para cortar la hemorragia del can herido. Que, en el momento de más tensión, indignado ante las agresiones que estaba sufriendo, gritó a todo pulmón: «Viva la caza».

El perro fue herido por un gran jabalí

De esta manera nos ha contado David Mateu una de las experiencias más desagradables y tensas de su vida:

«Estábamos en una batida, y los perros consiguieron parar a un gran jabalí. En la lucha, el perro fue herido en el cuello. Yo dejé la batida porque el perro era lo primero para mí. Me quité el jersey y le hice un torniquete en la herida.

»Cuando llegamos al veterinario, la herida ya no sangraba. Me dijo que el torniquete había conseguido detener la hemorragia, que lo había hecho muy bien».

Se topa con los manifestantes

La mala fortuna hizo que David coincidiera en tiempo y lugar con esta manifestación: «Cuando llegamos a Lérida, paramos el coche en la esquina donde se encontraba la clínica veterinaria. Cogí a Ron, que así se llama el perro, y lo coloqué con cuidado sobre mis hombros. Al estar la herida localizada en su cuello, lógicamente, no lo podía llevar andando con el collar. Así que manera más segura para llevarlo era esta. O eso creía yo, porque los agresores que encontré al doblar la esquina lo aprovecharon.

»Pero antes de eso, déjame que te cuente por qué estaba desorientado. Resulta que la clínica a la que suelo acudir con mis perros la habían cambiado de sitio unos días antes. No me habían avisado, por lo que yo fui directo al local en el que estaban antes del cambio. Con la mala suerte de que en ese mismo instante pasaban por allí los 15 o 20 anticaza que se manifestaban ese día, y no 70 que han dicho en el periódico. Para que lo compruebes, te envío el vídeo que me han hecho llegar del momento de la agresión. Se ve un poco al principio del vídeo, en la parte derecha, pero lo que quiero dejar claro es que eran muy pocos, no como han mentido en los periódicos y redes sociales».

Comienzan los insultos, y pegan un tirón del perro

«Yo sigo mi camino, pero pronto empiezan a insultarme. En las imágenes se ve que ya casi he superado al grupo de manifestantes pero, de repente, siento cómo uno de estos tira del perro. Siento un fuerte tirón que me detiene. Me doy la vuelta y veo a un hombre calvo, con una pancarta a la espalda (en la foto está a la izquierda), que empieza a insultarme y a decirme que deje al perro. Estoy seguro de que le hicieron daño. El tirón fue muy fuerte.

»Enseguida, me rodean más personas y me impiden que siga caminando. Llevaba mucha prisa. Imagina mi preocupación por el perro. Era lo único que me importaba, así que intenté seguir caminando.

»Entre los insultos, me llamaron asesino, hijo de puta… Todo lo que puedas imaginar, me dijeron. Una pareja de personas mayores que paseaban por allí mediaron para defenderme. En la foto se ve al marido, mayor, con bigote. Intentó que me dejaran en paz, pero aquello iba a peor con el paso de los minutos.

»Otro de los de NAC (No a la Caza) me acusó de que el perro no tenía microchip. Ya no sabían qué decir para atacarme».

Tuvo que intervenir la policía

«Los mossos, que estaban cerca, acudieron ante el escándalo. Tuvieron que sacarme de allí, pero esto no les detuvo. Nos persiguieron, insultándome, durante un buen rato. Esta situación me indignó tanto, que me giré y grité a todo pulmón: ‘SÍ A LA CAZA’.

»Una vez en la clínica, los mossos me pidieron la documentación, pero no la llevaba encima. Les expliqué que tenía todo en el coche, que había salido corriendo por la urgencia de la situación. Tuve que acudir por la tarde a la comisaría para presentar el DNI, la cartilla sanitaria del perro y el censo del ayuntamiento».

En este punto del relato de los hechos, preguntamos a David qué fue lo que los mossos pidieron a sus agresores. Le empujaron, no le dejaban pasar, le intentaron quitar al perro… «A ellos no les pasó nada, tan solo apartaron a los que no me dejaban pasar. No les pasó nada a los que me insultaron y amenazaron.

»Yo no me metí con nadie, no respondí a las agresiones de todos los que me atacaron, solo pensaba en mi perro».

El perro ya está bien

Ron es el otro protagonista de esta historia. Es un podenco de cuatro años de edad que nunca antes había tenido un encontronazo tan grave con un jabalí. David nos cuenta cómo se encuentra después de la intervención que, por cierto, le costó 115 euros que ha pagado encantado al veterinario que ha curado a Ron: «El perro, si fuera por él, iría a cazar mañana. Está muy recuperado, tan animado y feliz como siempre. Tuvo muy mala suerte, porque siempre les pongo chaleco protector, pero el jabalí le alcanzó en el cuello, por la parte baja de la garganta, justo donde el chaleco termina».

Exigirán una rectificación al periódico que publicó la historia

David reconoce que ahora que todo ha pasado y su perro está mejor, está más tranquilo: «Después de todo lo que sucedió, después de todas las mentiras que se han dicho, ahora estoy más tranquilo porque se está diciendo lo que realmente sucedió. Esta misma tarde voy a la Federación de Caza de Lérida. Vamos a hacer un escrito al periódico porque han mentido. Les ponen como santos, cuando se han comportado de manera muy violenta hacia mí y hacia a mi perro, que estaba herido. No les importó nada el pobre animal. Me impedían el paso, no me dejaban avanzar, y veían al perro herido, con el torniquete en el cuello».

El sector se ha volcado apoyando a David

Desde que ayer publicamos la historia, las reacciones del sector de la caza en nuestras redes sociales y en nuestra página web han sido muchas, y todas ellas mostrando apoyo incondicional a David, un perrero que lo único que hizo fue auxiliar a uno de sus perros de la manera más correcta.

Su comportamiento, en todo momento respetuoso, a pesar de las agresiones, amenazas e insultos, se está convirtiendo en todo un ejemplo para el cazador y para todo aquel que ama a sus perros.

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