Caza un impresionante jabalí medalla de oro

Torremanzanas, cerca de Jijona, fue el lugar donde se celebró el gancho en el que participaron amigos y compañeros de caza. Poco después de soltar a la rehala, el jabalí ya estaba intentando escurrirse de la mancha, pero los puestos la cerraban de manera efectiva. Un gran disparo a 150 metros concluyó un apasionante lance.


 Jabalí medalla de oro
Jabalí medalla de oro

 Jabalí medalla de oro
 Jabalí medalla de oro

Rafael Domenech es un joven cazador de 33 años, como él mismo se define, un «fanático del jabalí», que caza en montería, gancho, espera, batida, rececho… Su zona, el interior de Alicante, es cochinera, pero no suelen encontrar ejemplares del tamaño y con el trofeo como el que protagoniza esta historia.

Rafael ha compartido con nosotros el lance que le llevó a conseguir un trofeo del que está esperando la medalla de oro.

Un gancho entre amigos

En total, éramos 15 amigos, los que nos juntamos siempre. Uno de nosotros tiene una rehala, que es con la que siempre cazamos. Unos nos pusimos al cierre de la finca en las posturas, y la rehala la soltamos en dos puntos distintos.

Nada más abrir los remolques para soltar a los perros, ese jabalí ya estaba saliendo del encame. No tardó casi nada en aparecer en la loma frente a las posturas. Pude verlo durante unos instantes. Iba «zorreando», muy despacio, directo a la postura de mi compañero de la derecha.

Un disparo lejano, pero perfecto

Algo que llevamos a rajatabla entre nosotros es respetar cuando una pieza entra a un puesto. Y es lo que hice. Pero mi amigo falló los disparos, que realizaría a unos 200 metros.

Esto llevó al jabalí a cambiar de dirección y cumplir por delante de mi puesto. Cuando lo vi, noté que era un animal grande, con el pelo claro. La boca no la vi a esa distancia, pero mi amigo me llamó y me dijo que el jabalí iba a ser medalla. Sus palabras fueron: ‘O llevaba mucha espuma en la boca, y no es probable porque iba despacio, o el trofeo es bueno’. Así fue, cuando nos acercamos pudimos comprobar que la boca de ese cochino es excepcional.

El disparo fue muy bonito. Había unos 150 metros de distancia, y quedó en el sitio al recibir el impacto en la misma paletilla. La bala no llegó a salir, quedó dentro. Disparo con un Blaser R8 en calibre .300 Win. Mag, con munición KS, porque me gusta que actúe así, que expanda de manera controlada.

Grande de cuerpo y de trofeo

El jabalí pasó los 120 kilos, pero no puedo decir con exactitud el peso porque lo tuvimos que dividir en dos partes para sacarlo de allí.

El trofeo es espectacular. Es oro seguro, mide 21,5 centímetros de colmillo. Las amoladeras son 17.5, las dos idénticas de medida y forma. Un trofeo muy bonito. Lo hemos medido, a falta de la confirmación oficial, dará unos 125 puntos.

Este tipo de trofeo, en abierto, no es nada usual por aquí.

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