La reunión, que había sido solicitada por la UNAC y convocada por la Plataforma de Custodia del Territorio, transcurrió en un ambiente de colaboración y entendimiento mutuo, lo que permitió llegar a una serie de importantes acuerdos que sin duda van a servir para mejorar la relación entre los modelos más sostenibles de caza social y la conservación del naturaleza, utilizando la custodia del territorio como nexo de unión.
Un primer paso consiste en la incorporación de los acuerdos de caza social al IV Inventario estatal de iniciativas de custodia del territorio. Esta incorporación se materializará en un capítulo específico, que recogerá como una modalidad específica la “Custodia del patrimonio natural cinegético”, reconociendo las diferencias en superficie y metodología con respecto a los acuerdos inventariados hasta ahora. Se asume así una de las reivindicaciones de las organizaciones de caza social que defienden la sostenibilidad de este modelo frente a otras alternativas como la caza deportiva o la caza comercial.
El inventario de iniciativas de custodia del territorio asume el reto, por tanto, de incorporar a sus contenidos esta nueva modalidad de la custodia, que va sumando perspectivas y formatos que le confieren una gran riqueza y variedad pero que introducen nuevos cambios y desafíos de cara a seguir manteniendo su integridad como estrategia de conservación del patrimonio natural, cultural y paisajístico.
Pero, sin duda, el gran avance de este encuentro ha sido el planteamiento de una hoja de ruta para la consecución de un registro estatal de iniciativas de custodia del territorio. Este registro, cuyo desarrollo se encomendaba al gobierno en el Plan Estratégico del Patrimonio Natural y la Biodiversidad, tiene como objetivo reconocer y acreditar a los acuerdos y las entidades de custodial. La tarea no está exenta de dificultades, pero las organizaciones asistentes coincidieron en la oportunidad de poner en marcha un mecanismo que permitiera registrar oficialmente los contratos y las entidades de custodia del territorio, aunque es imprescindible partir de un propósito bien definido.
En este contexto la UNAC explicó la propuesta de registro de entidades que presentó en su momento al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, mientras que la Xarxa de Custodia del territorio hizo lo propio con la propuesta de registro de contratos de custodia del territorio que actualmente se debate en el ámbito catalán. Ambas presentaciones fueron encarrilando el debate y haciendo aflorar algunas cuestiones importantes que subyacen a la creación de un registro de estas características.
Entre los principales problemas que pueden derivarse de esta iniciativa destacan las complicaciones administrativas que puede acarrear para unas entidades a veces pequeñas y muy centradas en su tarea de conservación. También están sobre la mesa diversas cuestiones políticas y competenciales, incluyendo la compatibilidad territorial de este registro con otras iniciativas autonómicas y, fundamentalmente, la necesidad de definir claramente el marco de los acuerdos y contratos de custodia. Esta cuestión ha sido abordada también en Cataluña, con la inclusión de los contratos de custodia del territorio en la compilación de derecho civil catalán, que ofrece una posible línea de trabajo a nivel de todo el estado.
De esta manera, aprovechando las ideas y la experiencia de todos los participantes, se ha ido avanzando en esta hoja de ruta, que contempla como un hito fundamental la celebración, en otoño de 2016, de las VI Jornadas Estatales de Custodia del Territorio. Será en estas jornadas cuando vea la luz un primer borrador del registro, una propuesta más concreta elaborada de forma colaborativa entre las organizaciones participantes y que se lanzará a toda la comunidad de la custodia para su discusión.
Los avances alcanzados en esta reunión están llamados a tener una gran influencia en el futuro de la custodia del territorio. Ambos acuerdos, la incorporación de la caza al inventario y la hoja de ruta para la puesta en marcha del registro de iniciativas constituyen, sin duda, avances notables, pero también marcan retos difíciles de llevar a cabo, que deben ser abordados con exquisito cuidado por parte de todos los implicados.
Una implantación cuidadosa de estas medidas puede aportar grandes beneficios a la custodia del territorio, pero también puede suponer riesgos, especialmente para las entidades más débiles o con menos recursos. Las redes y grandes organizaciones deben ser muy conscientes de estos riesgos y tratar de prevenir sus efectos, fundamentalmente garantizando el apoyo a las entidades que día a día firman y mantienen los acuerdos de custodia desde el terreno y en contacto directo con los propietarios y usuarios, lo que resulta determinante para la calidad de la custodia.