El IREC dice que el arrui africano puede desplazar a la cabra montés

Un grupo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que trabaja en Ciudad Real, ha demostrado en un estudio que el arrui africano, introducido en España en 1970 con fines cinegéticos, podría desplazar a la cabra montés de su nicho natural. El ungulado exótico se encuentra en zonas de montaña del sureste peninsular (Alicante, Murcia, Almería), además de en la isla canaria de La Palma.


La especie “invasora” procede de Marruecos y fue introducida en España en 1970 con fines cinegéticos
El arrui africano, que tiene una gran capacidad de adaptación, potencial expansivo y una alta tasa reproductiva, coincide con la cabra montés en el uso del mismo nicho ecológico. El estudio, que acaba de ser publicado en «Diversity and Distributions», es el primero que compara las características entre los hábitats de ambas especies (Ammotragus lervia y Capra pyrenaica). Tres de los cuatro autores, Jorge Cassinello, Pelayo Acevedo y Christian Gortázar trabajan en el Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (centro mixto del CSIC, la Universidad de Castilla-La Mancha y la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha), en Ciudad Real. El investigador del CSIC y coautor del estudio Jorge Cassinello destaca entre las características expansivas del arrui «cierto afán colonizador y una alta tasa reproductiva». La especie procede de cordilleras como el Atlas de Marruecos. De los 36 ejemplares traídos de los zoológicos de Casablanca y Frankfurt en 1970, se calcula que se ha pasado a cerca de un millar en la actualidad. A principios de los años 90, según los autores, se llegó a alcanzar un número mayor de ejemplares, que se vio luego diezmado por una epidemia de sarna. Los grupos más numerosos se encuentran hoy en sierras murcianas y almerienses. En Alicante existe otra población, conformada por ejemplares escapados accidentalmente de fincas de caza privadas. También hay un grupo en la isla canaria de La Palma. «Ya conocíamos la capacidad expansiva del arrui. Ahora urge llevar a cabo seguimientos para prevenir posibles efectos negativos sobre la fauna y flora ibéricas», apunta Cassinello. Y concreta que «el actual trabajo es un grave toque de atención sobre los posibles efectos negativos para la emblemática cabra montés, que se está recuperando ahora de pasados brotes de sarna que diezmaron su población».

Zonas óptimas

El estudio muestra cuáles serían las zonas óptimas para la vida de las dos especies en el sureste español. «Existen coincidencias en los hábitat seleccionados por ambas especies, aunque en el caso del arrui predomina un ambiente más seco y caluroso, semejante a su área de origen, en el desierto del Sahara y el Sahel», señala el investigador del CSIC. Cassinello advierte que «si el caprino africano hubiera alcanzado ya zonas de más altitud, como Sierra Nevada, similares a las que ocupa en su tierra natal, seguramente habríamos obtenido un nivel de coincidencia de nicho con la cabra montés alarmante». De acuerdo con los autores del estudio, las poblaciones de arrui han sido mal gestionadas y su expansión se ha descontrolado, al carecer de competidores o depredadores naturales. Para Cassinello, «el proceso de desertificación acuciante del sureste peninsular está facilitando, además, la expansión del caprino africano, que vive en zonas que se parecen cada vez más a su área de origen, en el norte de Africa». La cabra montés es más selectiva que el arrui con los espacios que ocupa y los recursos que consume. La cabra africana ha demostrado una gran capacidad de adaptación tanto en la Península Ibérica como, con anterioridad, en el sur de EEUU. La metodología usada por los investigadores del CSIC se basa en modelos matemáticos aplicados a estudios de biogeografía. El equipo analizó las características ambientales, físicas y biológicas de las zonas donde se ha observado a los animales estudiados. Este método es especialmente útil para el estudio de especies invasoras.
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