Caza un fabuloso jabalí… sin colmillos

El jabalí venía zorreando entre la vegetación. Se había levantado del encame antes de que lo descubrieran los perros. Era un ejemplar experimentado, y pretendía así salir de la mancha y burlar a los cazadores.

Un gran cazador

Pero no contaba con enfrentarse a un gran cazador, que permanecía muy atento a todo lo que sucedía a su alrededor. Con 65 años, Miguel Ruiz lleva toda la vida cazando, pero este es el jabalí más curioso que ha visto en su vida. Nos lo cuenta su hijo, Óscar.

«Las amoladeras son grandísimas, darían plata con total certeza, pero no hay colmillos». Observando las fotografías, vemos que alguna vez sí los hubo, pues existe roce en la parte baja de las amoladeras, pero los colmillos de ambos lados ya no están.

Una batida en Girona

La batida se celebraba el pasado jueves en la comarca del Gironés. Cassá de la Selva es la sociedad de cazadores del municipio que les da nombre. Óscar, además de ser el hijo de Miguel, es perrero y también miembro de esta sociedad, cuyos cazadores abatieron otros dos jabalíes ese mismo día durante la batida.

El debate está abierto: ¿por qué no tenía colmillos el jabalí?

«Estaba totalmente curado», nos confirma Óscar, y al término de la batida todos comenzaron a intentar dar con la razón de una curiosidad que nadie había visto en ejemplares de la zona.

El jabalí y su extraña condición han abierto un nutrido debate entre los cazadores de la zona, que se han lanzado a expresar todo tipo de especulaciones, desde que un disparo seccionó los colmillos, aunque sería prácticamente imposible que un único disparo seccione ambos colmillos, hasta que un golpe ocasionado cuando el jabalí era más joven acabó por hacer caer las ambas piezas, o, lo que es más probable, que una afección severa en los colmillos terminara por hacerlos desprenderse.

Así lo abatió este experimentado cazador

«El jabalí tenía un tamaño muy bueno teniendo en cuenta la zona y los animales que se suelen cazar. Pesó nada menos que 93 kilos. Mi padre lo vio acercarse. Iba despacio y se levantó antes de que los perros llegaran al encame. Le dio tiempo a preparar su Benelli Argo de calibre .30-06 y a fijarlo en el punto rojo Aimpoint Micro. Le disparó lejos, para las distancias a las que solemos disparar por aquí. Fue a poco más de 30 metros. Esta es una zona muy densa, y los disparos solemos efectuarlos a pocos metros. Pero a mi padre le bastó uno para abatir a este gran jabalí».

Cuando llegó a ver el animal, quedó muy sorprendido. Sobre todo, al ver el tamaño de las amoladeras, que es impresionante.