Toda la verdad sobre el lobo abatido y transportado en el exterior de un vehículo

Los guardas forestales de Asturias están siendo muy criticados por el sector radical del animalismo tras ser publicada una fotografía en la que aparece un lobo cazado durante una batida legalmente organizada para controlar la alta densidad de este predador en la zona de Allende

Hemos contactado con Obdulio Moreno, Coordinador de la Guardería Forestal del Principado de Asturias, quien ha confirmado que los agentes forestales «estaban cumpliendo con sus obligaciones laborales».

Estupor por el traslado en Asturias de un lobo muerto a manos de los guardas, titula hoy mismo el diario digital Última Hora, dando voz al líder de Equo, que publicaba en sus redes sociales la foto del lobo mientras era transportado en un vehículo oficial de los Guardas Forestales del Principado de Asturias.

PACMA carga contra los cazadores, ¡y el lobo no es especie cinegética en Asturias!

Pacma no ha tardado en intentar aprovecharse de la situación y ha publicado en sus redes sociales la imagen del lobo para politizar el asunto y arremeter de nuevo contra los cazadores. Otra metedura de pata del partido radical, que busca aprovechar cualquier resquicio, sea verdad o no, como demuestra este caso, para cargar contra la caza y los cazadores.

Obdulio Moreno aclara de manera categórica el tema: «No han participado cazadores en el aguardo. Fueron los guardas los que abatieron al lobo».

En este sentido, Valentín Morán, presidente de la Federación Asturiana de Caza, aporta más datos al asunto: «En Asturias, el lobo no es especie cinegética. Esto supone que no se puede cazar. Los cazadores no están autorizados a abatir lobos, por lo que debe ser el personal de Medio Ambiente del Principado el que se encargue de estas tareas».

Es el primer lobo que se abate de seis autorizados para 2017 y 2018

Pacma habla de «víctimas» de la caza, o que la foto «muestra la manera en que los violentos exhiben su crueldad», para politizar un tema de nuevo, pero como siempre, tergiversando la realidad, mostrando su «compromiso político» de seguir «luchando por el fin de la caza».

El Coordinador de la Guardería Forestal asturiana tiene mucho que decir a este respecto: «Te voy a dar un dato significativo e incontestable: Todos los años se elabora una programación para abatir un número de lobos de acuerdo a los censos que se realizan de manera escrupulosa. Dependiendo de la cantidad de manadas cuantificadas y de ejemplares que las forman, se establecen los cupos. La zona a la que pertenecen los terrenos de Pola de Allande cuenta con un cupo para los años 2017 y 2018 de seis lobos. Pues bien, este es el primero que se abate de los seis lobos autorizados».

Otra mentira: vecinos costernados vs. felicitaciones

«Los vecinos de Pola de Allande quedaron consternados al ver al animal colgado de la rueda trasera del todoterreno del Principado», leemos en la noticia publicada en La Nueva España. Otra de las supuestas mentiras vertidas sobre este tema. El Coordinador de la Guardería Forestal del Principado de Asturias sostiene todo lo contrario: «No entiendo por qué el periodista de La Nueva España ha dicho eso en la noticia. Falta a la verdad, ya que los guardas nos han confirmado que todo aquel con el que se cruzaban se acercaban a darles la enhorabuena y a pedirles que sigan controlando al lobo».

Desde luego, una versión mucho más creíble que la que aporta el diario asturiano, sobre todo si atendemos a los innumerables problemas que el lobo viene ocasionando en Asturias.

Lo que debe quedar claro es que el lobo fue cazado durante una batida autorizada por las autoridades del Principado y concertada desde Europa en una de las zonas más conflictivas de Asturias, donde la población de este predador lleva ocasionando problemas muy graves a la ganadería local y donde se han producido incluso agresiones físicas de los afectados hacia miembros de la guardería.

Y estos problemas no se reducen solo al ámbito ganadero. Los ataques protagonizados por el predador han trascendido más allá de la ganadería. A finales de septiembre publicábamos la noticia de que cuatro lobos devoraron el perro de un cazador durante una batida. Valentín Morán nos confirma que este problema es más común de lo que podemos llegar a creer.

«Todos los años se producen ataques a perros de nuestros cazadores. Y otros muchos casos de desapariciones de perros que no se llegan a encontrar, pero que todos sabemos lo que ha ocurrido con ellos. El lobo ha llegado al punto en el que se ha especializado en seguir a los perros de rastro. No es que los perros den con los lobos, sino más bien que estos son los que, cuando los escuchan cazar, los persiguen y los dan caza. Y nadie se hace cargo de estas pérdidas. A pesar de que se trata de los mejores perros de caza, los que se separan del cazador para dar con los jabalíes, al no ser ganado, nadie nos indemniza. Y todos los años se repiten varios casos de este tipo».

La principal polémica: cómo se transportó el lobo

Las críticas se han centrado también en la manera de transportar el lobo abatido. En la imagen se puede ver al animal atado a la parte trasera del vehículo, lo que lo deja expuesto al exterior. Obdulio ha querido hablar también de este tema: «En la zona donde se abatió el lobo no era posible acceder con ningún tipo de carro o remolque. Además, el vehículo del que disponemos es pequeño. Tenemos un Suzuki Samurai, o Jimny. Se trata de vehículos pequeños, donde dos o tres guardas, las armas y su equipo hacen imposible que el lobo hubiera podido transportarse en el interior del mismo. Entiendo que se trata de un tema del que no hay que hacer ostentación, pero tampoco tenemos que esconderlo. Lo que no íbamos a hacer era dejarlo allí en el monte porque no cupiese en el interior del coche».

«Los funcionarios no somos alimañeros»

Por su parte, la Asociación Profesional de Agentes del Medio Natural del Principado de Asturias (Agumnpa), ha cargado contra la imagen y la actuación de los agentes del Medio natural. En sus redes sociales ha tachado de «lamentable» la imagen del lobo colgada de una rueda, añadiendo que «los funcionarios no somos alimañeros y no debemos actuar como tal. Ante todo, la imagen y la profesionalidad deben estar por encima de cualquier otra actuación».

Las críticas han continuado, manifestando que «esto solo pasa en una administración que hace años que perdió el norte en todo lo referente a gestión medioambiental, una administración donde los agentes del Medio Natural están sin protocolos de ningún tipo, sin directrices de trabajo y con un sistema de funcionamiento arcaico y desestructurado, donde cada cual actúa como mejor le parece».