Impunidad para el lobo

Esta es la metodología que la Administración castellanoleonesa emplea para intentar paliar las problemáticas que el Canis lupus signatus está acarreando en dicha comunidad.


Por todos es conocido que el lobo ya no está en situación crítica, ni en peligro, ni pasa por estar perseguido o ser diezmado por cazadores sanguinarios o ganaderos enloquecidos que se echan al monte tras ellos para pasar el rato, a pesar de que muchas asociaciones pretendan dar esta imagen a la sociedad urbanita que desconoces la verdadera realidad. Es más que frecuente ver a este esquivo y astuto animal por las campiñas castellanas, a cualquier hora del día, síntoma inequívoco de su expansión. Esto se revierte en ataques a ganado, cosa lógica, y a pesar de que la caza mayor goza de una salud extraordinaria y en ella el lobo encuentra una buena fuente de alimentación. Por esta razón la Administración ha aumentado el cupo de lobos que se podrán cazar en Castilla y León, pero de una forma más testimonial que efectiva. De esta manera se podrán abatir al norte del río Duero, como establece la normativa europea para proteger a esta especie al sur, hasta 143 ejemplares, un número apenas superior respecto al año anterior que estaban autorizados los 140 ejemplares. Dentro de la zona norte, León se mantiene como el territorio con un número más elevado de lobos que podrán ser abatidos, al repetir con los 50 ejemplares de la temporada anterior, seguida de Zamora, que aumenta hasta los 40 animales respecto a los 36 de año anterior, y de la provincia de Palencia, que también mantiene sus 31 animales del pasado año. Con un menor número se mantienen en la cifras de la anterior campaña Burgos, con quince y la misma distribución comarcal; y Soria, con tres y en las mismas zonas, mientras que Valladolid pasa a tener un cupo de cuatro frente a los cinco de la pasada temporada. Habrá todavía muchas personas que lean esta noticia y se sorprendan de la cifra que acaban de autorizar, pero nada más lejos de la realidad si consultamos el último censo poblacional que se publicó el pasado año. Según este estudio, con datos correspondientes a 2012 y 2013, existen un mínimo de 179 manadas con unos 1.600 lobos, el veinte por ciento más que en 2001, que componen la población de este mítico animal en Castilla y León, donde se reúne en torno al sesenta por ciento de los existentes en España. Con estos datos vemos que el cupo autorizado para la caza no llega ni al 1% de la población actual presente en la comunidad, de los cuales, como en las anteriores campañas, no llegarán a cubrirse y quedarán permisos desiertos y sin cubrir por las limitaciones impuestas en la mayoría de los cotos. En definitiva, que con esta política de racaneo en la expedición de autorizaciones, el lobo seguirá actuando donde y cuando quiera, y los únicos perjudicados, como siempre, serán en primer lugar los ganaderos por la pérdida de sus cabezas, y en segundo los contribuyentes, quienes pagaremos sus desmanes.
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