Granada

De anticaza a gestora cinegética

Asistió a una jornada cinegética y abandonó el animalismo para trabajar como orgánica de caza. Conoció lo que realmente es la caza y dio la espalda a los anti cazas y todo lo que representan.


 de anticaza a cazadora
de anticaza a cazadora

La cazadora no conocía la verdad de la caza hasta el día que la vida puso en su camino a su actual pareja y le acompañó de caza. Ese día se dio cuenta de que lo que los anticaza manipulaban y vertían a la sociedad no tenía ningún parecido con la realidad de la actividad venatoria.

De anticaza a cazadora

Yolanda Izquierdo es una orgullosa cazadora granadina natural de Baza, situada en la parte centro-sur de la comarca homónima. Pero no siempre pensó lo mismo de la actividad cinegética. Hasta el día en que conoció a su pareja, Eusebio Cano, era anticaza, al igual que el resto de los miembros de su familia.

Ahora define a su yo de entonces como una víctima más de los colectivos y medios de comunicación que pretenden engañar y sectarizar a la población para estigmatizar a la actividad cinegética y a los cazadores. Yolanda, durante la entrevista concedida a Club de Caza, confiesa que ella y su familia, hasta el día que conoció al amor de su vida, tenían un imagen distorsionada de la caza. Pero hace cuatro años el destino cruzó en su camino a Eusebio, cazador de cuna.


Con un precioso ciervo abatido en el Parque Natural de la Sierra de Baza. A la derecha, una pareja de cazadores que comparten pasión.

La cazadora pudo conocer con sus propios ojos la verdad de la caza

Eusebio la invitó un día a que le acompañara de caza. Quería que viese por sí misma si sus reticencias hacia la actividad cinegética tenían base. Esa jornada pudo ver con sus propios ojos lo que es la caza, ya que asistió a una montería en la que al montero le entraron a tiro varias reses, jabalíes y ciervos, y no disparó a ninguna debido a que no eran aptas para ser abatidas en esa batida o no cumplían las expectativas del cazador.

Ella le preguntó al final de la jornada por qué no había disparado a los animales, a lo que este contestó que la caza no es solamente disparar: es disfrutar de la naturaleza, y que sólo se abaten aquella animales de forma selectiva que un estudio previo determina que deben ser cazados.


Integrantes de la orgánica de caza Tres más Una.

Su primera pieza, un jabalí rubio

Lo que vivió y lo que sintió Yolanda llegó a enamorarla hasta el punto en que meses más tarde obtuvo la licencia de caza. Quería ser cazadora. Esa misma temporada abatió su primer cochino, una jabalina de 80 kilos, en una montería celebrada en Los Laneros, en un puesto de cortadero. Con la peculiaridad de que su pelaje era rubio. Su primer venado fue un ejemplar selectivo abatido en la Sierra de Baza durante la berrea de la temporada 2020. Lo hizo de un certero disparo con un rifle de la marca Remington del calibre 7 mm.


La cazadora es una apasionada de la caza menor.

De anticaza a gestora cinegética

Actualmente gestiona, junto a su pareja y dos socios, varias fincas de caza menor y mayor en las que se puede abatir jabalí, ciervo, cabra hispánica, perdices, conejos, liebres y aves migratorias.

La empresa cinegética se llama Tres más Una en honor a su incorporación, en el año 2018, al grupo anteriormente formado por su pareja Eusebio y sus socios, los hermanos Antonio y Mol Ramón.

Orgánica Tres más Una: 680667222.

 

Colaboración de Eusebio Ezquerra, administrador del grupo de Facebook Solo Jabalí.

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