Una niña de 12 años lucha contra la enfermedad de los conejos
Se llama Lorena, es hija de cazador y gran aficionada a los perros de caza. Tiene el corazón roto porque en el acotado de su padre no dejan de aparecer conejos muertos.
Un rebrote de la neumonía hemorrágico vírica (NHV) está causando estragos en las poblaciones de conejos de la vecina Portugal. El brote, que está actuando con especial virulencia en la isla de Porto Santo, nos deja imágenes como las que nos envían cazadores de la zona, en las que podemos ver decenas de conejos siendo enterrados con cal para intentar evitar la propagación de la enfermedad.
La NHV está acabando con las poblaciones de conejos
Terribles imágenes las que nos han hecho llegar cazadores de la sociedad de cazadores de Porto Santo, pequeña isla del archipiélago portugués de Madeira, situada en el océano Atlántico. Desde allí, sus cazadores denuncian la situación desesperada en la que se encuentran al asistir a un virulento brote de NHV que está diezmando las poblaciones de conejos. Según nos confirman, la enfermedad ya ha logrado acabar con un 70% de la población.
Los cazadores, los únicos que están haciendo algo al respecto
Los cazadores están reaccionando como pueden para intentar evitar la propagación de la enfermedad. Realizan rondas diarias por los terrenos de sus acotados para retirar los animales muertos. Sirva de ejemplo el día de ayer, en el que recogieron 210 cadáveres que posteriormente fueros enterrados después de haber sido rociados con cal que proporciona la Asociación de Cazadores de Madeira.
Golpe tras golpe
No es la primera vez que los cazadores de la isla sufren una pandemia de tal magnitud, ya que en el año 2012 un brote de mixomatosis prácticamente extinguió los conejos de la zona, según los cazadores. Pereció un 99% de la población.
Después de una buena gestión, en la que realizaron numerosas repoblaciones, lograron una población estable de conejos, pero en el año 2016, en este caso la NHV, la desgracia les volvió a golpear. En aquella ocasión la enfermedad acabó con el 70% de la población existente.
En los últimos cuatro años las enfermedades no han actuado con especial virulencia, permitiendo, a base de trabajo por parte de los cazadores, el resurgir de la especie hasta la reaparición de la NHV.
Lorena ayuda a enterrar los cuerpos de los conejos que aparecen muertos.
Tristeza e impotencia
Al igual que en España, nuestros vecinos lusos están padeciendo los estragos de las enfermedades. Tanto la mixomatosis como la NHV, en la que en nuestro país hay que sumar la sarna, tiran por tierra todo el trabajo y la gestión realizada durante años por parte de los cazadores y ponen en peligro la existencia de los depredadores que se alimentan de ellos, como es el caso del lince.
Una niña de 12 años colabora en el trabajo contra la enfermedad
Lorena es una joven que, como su padre, Cándido Castro, es apasionada de la caza y de los perros de caza. Desde que la enfermedad está azotando el coto de su padre, no falta un día para arrimar el hombro y ayudar en las tareas de recogida de cadáveres de animales afectados. Con sumo cuidado y respetando las medidas sanitarias, Lorena ayuda a rociar los cuerpos con cal y a enterrarlos.
Con su trabajo y el del resto de cazadores, intentan cortar la expansión de la enfermedad, con el objetivo de salvar a los conejos que aún quedan vivos en esos terrenos.
Su expresión mirando con pena a los conejos muertos nos rompe el corazón.
