Cáceres

Unidos por la rehala

El amor entre un rehalero y una rehalera ha propiciado una bonita historia en la que caza y pasión han tenido como resultado la rehala Raya y un precioso hijo que con solo dos años ya demuestra maneras de cazador.


 unidos por la rehala
unidos por la rehala

María Jesús y Antonio se conocieron por tener pasiones idénticas. Ambos son rehaleros. Fruto de esta relación, pocos meses después de conocerse, nació la rehala Raya y su hijo Manuel, cazador ya en el vientre de su madre.

Lo que la rehala ha unido, que no lo separe nadie

La extremeña María Jesús Solís y el granadino Antonio Raya son los protagonistas de esta bonita historia de amor. Ambos son hijos de cazadores y a los que el destino los unió gracias a un grupo de WhatsApp de rehaleros en el que se conocieron, hace ya más de tres años.

Antonio vivía en su Granada natal, donde tenía una rehala junto a un compañero. Pero esto no fue impedimento alguno para, tras conocer a María Jesús, coger a sus perros e irse a vivir con ella a la provincia de Cáceres.

 María Jesús y Antonio, la pareja de rehaleros.
María Jesús y Antonio, la pareja de rehaleros.

María Jesús y Antonio, la pareja de rehaleros.

La rehala Raya

De esta relación nació la rehala Raya, formada por los perros que tenía Antonio y algunos que aportó María Jesús. A día de hoy está conformada por podencos andaluces, campaneros, cruces de Valduezas con podencos andaluces y dogos argentinos.

Una vez creada la rehala, ambos compartieron su primera jornada de caza, en la que lograron abatir una cochina que fue agarrada por los perros. Aquel fue su primer lance juntos.

 El pequeño Manuel, un rehalero de solo dos años.
El pequeño Manuel, un rehalero de solo dos años.

El pequeño Manuel, un rehalero de solo dos años.

El lance que ambos recuerdan

Un lance que jamás podrán olvidar y de los más bellos que han vivido juntos ocurrió durante la celebración de una montería en una finca situada en el municipio cacereño de Conquista de la Sierra. Allí lograron abatir un gran jabalí con una bonita boca después de que uno de sus podencos, Atila, en solitario, lo llevara hasta el lugar donde ellos se encontraban junto a sus perros.

 rehala
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Manuel, el niño rehalero que toca la caracola con 20 meses

El culmen de la relación fue el nacimiento de su hijo Manuel, hace dos años. El pequeño era rehalero ya en el vientre de su madre, ya que ella iba de caza y a las perreras con él en su interior.

Entre risas, nos cuenta que cada vez que escuchaba una ladra no paraba de propinarle patadas, como intentando salir de su barriga para entrar al remate.

A la corta edad de dos años ya ha acompañado alguna vez a sus progenitores al campo, siempre que el terreno lo ha permitido.

En Club de Caza hace escasas fechas publicamos un artículo con este pequeño rehalero como protagonista.

No te lo pierdas, pulsa en la siguiente imagen.

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