La gallina y sus pollos están en el interior de un recinto y la cobra se dirige hacia ellos. El ave no se separa de sus pollos, pero decide pasar al ataque, y no tarda en reaccionar e intentar repeler al reptil.
Aquí comienzan los golpes. La gallina ataca con su pico y patas, a la vez que esquiva las acometidas de la serpiente. Su estrategia es clara, arrinconarla en una esquina para dar espacio a los pollos a salir por el lado opuesto.
Un pollo se queda atrás, pero su madre se da cuenta
Y así lo consigue. Con su empeño, consigue trazar un pasillo seguro para los pollos, que van saliendo del fondo de este espacio. Pero uno de ellos se ha quedado en el rincón. La gallina se da cuenta y vuelve a poner en marcha su táctica para salvarlo.
En unos segundos lo ha conseguido y los pollos están lejos de la predadora.
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