Las nuevas generaciones de becadas, a vista de dron
Una cámara instalada en un dispositivo aéreo no tripulado ha captado las imágenes de cuatro pollos de arcea en un prado. Los polluelos permanecen inmóviles para tratar de pasar desapercibidos al objetivo de lo que consideran un potencial peligro.
Estas espectaculares imágenes han sido publicadas en la página de Facebook de Yorkshire Dales Moorland Group, conjunto de fincas rurales dentro de los valles de Yorkshire, enclavadas en el norte de Inglaterra. Según la página oficial de la asociación, el objetivo de su creación en el año 2015 es "demostrar el trabajo que llevamos a cabo por nuestro campo destacando los beneficios ambientales, de conservación, económicos y sociales positivos de los páramos gestionados".
En España las becadas crían en la franja norteña húmeda
Las pitorras que se marcharon de la Península Ibérica a finales de febrero ya han llegado a sus zonas de nidificación. Un trabajo firmado por Hobson y colaboradores, realizado entre los años 2007 y 2009, determinó que la mayor parte de las becadas invernantes en España procedían de Europa del Este, en un 60%, y de la región Báltica, en un 30%. Tras el período de celo y la incubación de los huevos han salido del cascarón los pollos de la especie.
Las becadas adelantan dos semanas su regreso a sus lugares de cría
Durante la época de celo, los machos de arcea realizan vuelos circulares para tratar de atraer a las hembras. La becada realiza una puesta de 2 a 5 huevos de marzo a mayo. Una vez finalizado el periodo de incubación por parte de la hembra de unos 20 o 23 días, nacen los pollos. A los tres días de salir del cascarón abandonan el nido. Durante dos o tres semanas acompañan a sus padres. Mientras que no puedan volar, su mejor arma para evitar a los depredadores es el mimetismo.
Alba Ruiz Flores
