Apasionante lance de caza de un jabalí medallable grabado con cámara térmica
Ni los mosquitos ni el hecho de que nos encontremos en pleno periodo vacacional detiene a un veterano cazador para acudir en auxilio de los agricultores valencianos. El último de los cochinos que ha cazado es un macho con más de 100 kilos de peso armado con unos impresionantes colmillos.
Javier Sanchís lleva más de medio siglo en la caza y tres décadas trabajando por la caza social y en defensa de la imagen del sector cinegético. Preside las Asociaciones de Identidades de Caza de la Comunidad Valenciana y el coto Asociación Local de Cazadores La Codorniz de Aielo de Rugat.
Este es el jabalí cazado durante la espera.
Cochinos y arruís asolan la huerta valenciana
Según el cazador valenciano, los más de 135.000 jabalíes que habitan en la comunidad autónoma y la superpoblación de arruís está poniendo en serio peligro la supervivencia del sector frutícola. A finales de julio el cazador recibió la llamada de un agricultor para solicitar su ayuda. Cochinos y arruís estaban devastando una parcela de cereal.
Longitud de un colmillo del jabalí abatido.
En la primera ocasión que se sitúo en la siembra no tuvo la fortuna de abatir ningún ejemplar. Un gran número de animales visitaron el cultivo, pero ninguno de ellos se puso a tiro del rifle de cerrojo de la marca Tikka del calibre .308 Win. del cazador.
Los arruís se suman a los jabalíes a la hora de ocasionar daños en los cultivos.
Graba el lance en el que abate el jabalí con una cámara de visión térmica
Dos días más tarde volvió a intentar abatir alguno de los ejemplares que frecuentaban el cereal. Con las sombras de la noche aparecieron en la siembra varias hembras con crías. El cazador a pesar de tratarse de una jornada por control de daños a la agricultura decidió no disparar a las cochinas.
Vídeo del lance del jabalí medallable.
Lance de caza de jabalí grabado con visión térmica.
Una hora más tarde, la caza premió al valenciano con la irrupción de un animal de gran tamaño en el cereal. El cazador necesitó un único disparo para hacerse con el espectacular trofeo que portaba el macho. Dado el porte del jabalí, necesitó la ayuda de un amigo para arrastrarlo hasta el lugar en el que se encontraba su vehículo.
Daños en las siembras.
Javier Fernández
