Un valiente pescador submarino se defiende con su cuchillo del ataque de un tiburón
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Un valiente pescador submarino se defiende con su cuchillo del ataque de un tiburón

«Si no lo hubiese grabado, nadie le habría creído». Así describen las imágenes en las que un pescador se enfrenta a dos tiburones muy agresivos que intentan robarle la captura, llegando al extremo de echársele encima.


“Demasiado riesgo para coger un pez”, asegura un usuario de YouTube que ha visto cómo un pescador que ha capturado un atún de aleta amarilla intenta por todos los medios que dos tiburones que le estado controlando sus movimientos le roben la pesca.

El ataque se produjo en aguas de Nueva Zelanda, concretamente en la Isla Ascensión, en el Atlántico Sur. Allí, un miembro de The Adventure Club consiguió acertar con la varilla de su fusil de pesca submarina en el cuerpo de un atún de aleta amarilla. Es lo que esperaban los escualos, una de sus presas predilectas incapaz de escapar. Sus ataques les llevaron a golpear en repetidas ocasiones al pescador, que intentaba luchar contra los envites de los depredadores y con otro enorme peligro: enredarse con el hilo que conecta su fusil a la varilla.

Un cuchillo contra dos tiburones

Todos los pescadores submarinos llevan un cuchillo siempre consigo cuando están en el agua. Pero no es para defenderse de los grandes depredadores. Las funciones esenciales de su hoja es evitar engancharse en sedales, cuerdas o redes abandonadas, así como rematar a los peces capturados para evitarles sufrimiento innecesario.

Pero este aficionado tuvo que utilizarlo como arma defensiva. A pesar de que la velocidad que puede desarrollar un tiburón en el agua es algo imbatible para la capacidad de reacción de un ser humano, en esta ocasión y gracias a que el objetivo de los atacantes no era el buceador, sino su atún, el cuchillo se convirtió en la salvación de una situación muy peligrosa. En la grabación vemos cómo el cuchillo se hunde en la cabeza de ambos tiburones y estos, al sentir el acero, desisten de su ataque y se alejan de allí.

 

Así lo describía el propio protagonista tras publicar el vídeo del ataque en redes sociales:

-“¡Fue un largo camino ir desde Nueva Zelanda hasta la Isla Ascensión para casi ser comido por tiburones! En este video, dispararle a un pequeño atún aleta amarilla con el fisil de pesca submarina se salió de control cuando dos tiburones de Galápagos intentaron robar la captura…”.

Un terrible ataque esta misma semana en Australia

Protagonistas casi idénticos, pero en distinto lugar y una especie distinta, más grande, de tiburón. Ha sucedido en la costa de Australia. Allí, un pescador submarino estaba intentando conseguir un pez para la cena familiar cuando un gran tiburón comenzó a dar vueltas a su alrededor. Cuando se dio cuenta de que no se trataba de un tiburón de arrecife, sino de uno mucho mayor, probablemente un tigre o toro, sacó la cabeza y el brazo del agua y alertó a su familia, que estaba en un barco no muy lejos, que se acercara a auxiliarle.

Cuando volvió a meter la cabeza en el agua para tener controlado al tiburón, lo tenía casi encima. En un momento dado, el depredador se acercó directamente, en un claro ataque, y el pescador solo recuerda que estaba justo delante de su fusil, casi en la punta de la varilla, así que disparó. El impacto se produjo en la cuenca ocular del escualo, lo que lo aturdió. En lugar de continuar con su ataque con la boca abierta, la inercia de su movimiento lo llevó a golpear con el morro al pescador.

Con miedo a que se recuperara y atacase, Benson, que así se llama el pescador, se agarró a la cola del animal. Poco tiempo transcurrió hasta que este se revolvió, intentando morderle. Fueron momentos angustiosos de lucha que coincidieron con la llegada del barco. Desde cubierta, su familia pensó que estaban presenciando cómo un tiburón le devoraba.

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El pescador submarino con la varilla de su fusil, con la que se defendió del ataque de un gran tiburón.

Cuando el animal intentó sumergirse, Benson aprovechó y ‘voló’ hacia el barco: “No recuerdo haber tocado los lados del bote”, reconoce, asegurando que es muy probable que abandone la pesca submarina de manera permanente después del terrorífico encuentro. Ahora las autoridades estudian el ADN de la varilla, que se desprendió del ojo del escualo durante la lucha, para determinar la especie que perpetró el ataque.

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