Si hay agua, hay vida

Si hay agua, hay vida

Agua y vida, desde el principio de la historia de la humanidad el agua y la vida han sido inseparables, si hay agua hay vida, los hombres prehistóricos vivían en cuevas cerca de los ríos, se alimentaban con la caza y la pesca, siguiendo la evolución humana, más tarde se crearon los pueblos y se descubrió la agricultura.


La vida ha evolucionado con el curso de los ríos, siguiendo su itinerario se fue colonizando la tierra, dada la importancia del agua se las ingeniaban para transportarla y conservarla en pellejos, odres de animales, calabazas y otras plantas vegetales, botijos, tinajas, barricas.

Así se fue creando toda una red de recipientes para guardar y transportar el agua, pozos, acequias, agujeros, retenciones con piedras y arena según las necesidades y sobre todo el ingenio, creando auténticas obras de arte para transportar y almacenar el agua, según las necesidades del lugar.

También vieron que con la fuerza del agua podían hacer muchas cosas, desde cortar piedras hasta mover grandes ruedas para los molinos de cereales y desde hace pocos siglos para la producción de electricidad, pero siguiendo con la norma de que si hay agua hay vida. Se crearon regadíos para los cultivos y los desagües para limpiar las miserias humanas.

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Estamos hablando de miles de años en todas las generaciones y razas del mundo. Dar una lección de historia a estas alturas no procede, pero ahí está el legado de los romanos, árabes, egipcios, chinos, vamos de todas las partes del mundo.

Pero… hablando del siglo pasado, qué mayores somos por cierto, yo soy de la creación de los grandes embalses que nos permitieron tener luz en nuestras casas, agua corriente en el grifo y agua para regar nuestros campos. A pesar de cambiar los ecosistemas en entornos naturales, había agua y vida, aquí empezamos lo que nos importa.

Como pescador vocacional que soy y andarríos por tradición, cuando yo empecé a pescar había aceñas, molinos, presas, canales y acequias. Pero sobre todo había agua limpia, llena de vida, peces de todo tipo y tamaño, ranas, cangrejos, anguilas y un montón de insectos que vivían y se alimentaban en sus márgenes. Cierto es que el progreso trajo muchos cambios, desaparecieron los esturiones y salmones en mi tierra de Salamanca, pero no por las presas, sino por la nefasta gestión de la mano del hombre, como las truchas, cangrejos, anguilas, bogas, toda una fauna y flora, la mano del hombre y sus intereses para mantener su ego.

Este año con la sequía que estamos padeciendo no se les ha ocurrido otra más desafortunada idea, a pesar de haber realizado unos costosos estudios, que gastar muchos miles de euros en destruir las antiguas aceñas, algunas con cientos de años de antigüedad, y que servían de refugio para animales y peces. Para que fluyan las aguas, ¿qué aguas?, si no corren ni los manantiales (atrás quedaron los berros) en algunos tramos y los regatos han desaparecido generando muerte y desolación.

Ni truchas, ni tritones, ni madreperlas de río han quedado por falta de agua.

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El vaciado de los grandes embalses es patético, millones de peces muertos. Como pescador defiendo a todos los peces, sean del origen y especie que sean, nativos o foráneos, mientras que los defensores del medio ambiente, conservacionistas y ecologistas, miran para otro lado, esperando únicamente cobrar subvenciones. Si a esto les sumamos los incendios forestales de la Sierra de Gata y las Hurdes, así como los de la Sierra de la culebra en Zamora, echando todas las cenizas a los manantiales, muy negro se presenta el futuro ecológico. Deseamos que el respeto del medio natural vuelva a nuestra convivencia y que las aguas vuelvan a sus cauces limpias y con vida.

El agua es un bien natural para todos, personas, animales y plantas, y no un negocio para unos pocos. Pues ¿no se dice que los políticos quieren sacar el agua a cotizar en bolsa? Amigos, salud y buena pesca.

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