El vídeo de la discordia. Valores cinegéticos vs. amarillismo

Aprovechamos la publicación de un vídeo que ha creado una fuerte reacción entre nuestros seguidores en redes sociales para intentar dejar muy claras las líneas que han marcado y marcarán en el futuro el camino de Club de Caza.


Como todo experimento, hemos arriesgado, quizá demasiado, para poder testar varios resultados. Lo repetimos, hemos arriesgado mucho, sobre todo una imagen que llevamos forjando desde el año 2002. El primero de estos resultados revela el éxito que puede llegar a cosechar este tipo de publicaciones.

Lo hemos comprobado, y con una vez nos basta. También hemos podido medir la sensibilidad de nuestros compañeros de caza, esos que están con nosotros cada día compartiendo la actualidad que elaboramos todos los días del año, los reportajes con la caza como protagonista, las opiniones de nuestros blogueros, los temas que tratamos en profundidad… También hemos podido medir las diferentes maneras de vivir, sentir y disfrutar de la caza, porque la caza se siente, y el sentimiento es lo más subjetivo que existe.

En un tiempo en el que la cantidad de información que nos llega puede desbordarnos es cuando más esfuerzo hay que poner en la rigurosidad, profundidad, los valores, la ética, la independencia… Internet, esa gran tirana que ha cambiado la manera en la que interactuamos con el mundo, nos sirve de manera abrumadora contenidos visuales de todo tipo.

Y el sensacionalismo se abre paso con contundencia entre esa superpoblación de contenidos. No es algo nuevo. Ha sido estudiado por muchos. Unos, para aplicarlo y ganar repercusión con su manera de interpretar el mundo de la comunicación. Otros, para criticar la manera en la que se distorsiona la información con tal de ganar ‘likes’ o ‘me gusta’.

Ese sensacionalismo es el que lleva a este tipo de vídeos, alejados de los principios que deben regir en un medio de comunicación como el nuestro, que trabaja día a día para convertirse en un modelo de comportamiento.

Porque la caza debe priorizar el respeto a la pieza. Y ese respeto pasa, inexorablemente, por evitar al máximo el sufrimiento del animal al que abatimos. La caza no es sacar el teléfono móvil para priorizar la grabación de un agarre de un jabalí durante minutos. Un cazador debe concluir el lance con la máxima presteza. Por respeto, educación y ética venatoria.

Esa es la caza tal y como la entendemos en Club de Caza, y así la queremos reflejar, tanto en nuestra página de Facebook, como en la de Instagram, Twitter y, por supuesto, en esta, nuestra página web, punto de reunión desde hace más de 16 años de cazadores de habla hispana de todo el planeta.

Siempre hemos apostado por el verdadero cariz que la caza entraña. Cazadores inmersos en la conservación de hábitats, de todas las especies que los pueblan, no solo cinegéticas, en la formación y educación, en el cuidado de nuestros equipos, de nuestros compañeros caninos… Somos unos enamorados del perro de caza, admiradores de los valientes perros de agarre, de hecho, estamos preparando un reportaje sobre la ronda, en la que reflejaremos la nobleza de los que en ella participan.

Todo esto queda muy alejado, incluso enfrentado al vídeo al que hacemos referencia, por lo que pedimos disculpas si alguien se ha sentido ofendido por las imágenes. Nunca más encontrarán vídeos o fotografías de este tipo si no es para realizar una crítica y un posicionamiento acorde a nuestra manera de entender la caza.

Con esto asumimos que tendremos estadísticas con números más bajos, pero seguiremos con la cabeza muy alta y las vistas puestas en la caza bien entendida. Creemos que es la única manera para, dentro de otros 16 años, volver la mirada y poder sentirnos orgullosos.

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