Sergio García Torres deja patente su desconocimiento al denominar ave fringílida al zorzal común
«La diputación de Castellón pretende incentivar la captura de aves fringílidas con liga (pegamento)» —escribía García Torres en un tuit en el que compartía una noticia con la imagen de un zorzal.
Recientemente un diario ha sacado la noticia “La Diputación del PP en Castellón quiere abrir una escuela de ‘parany’, un método de caza prohibido”. Este titular carece de veracidad y así nos lo ha clarificado el experto, Miguel Ángel Bayarri Montesinos.
¿Quién es Miguel Ángel Bayarri Montesinos?
Bayarri Montesinos es, ni más ni menos, que presidente de la Asociación de Paranyers de la Comunitat Valenciana APAVAL, vicepresidente de la Asociación de Cazas Tradicionales, coordinador responsable de los Concursos Europeos de Reclamo Vocal y responsable en la Comunidad Valenciana del conteo de aves. Observamos las aves y hacemos un muestreo y conteo colaborando con Europa.

¿Cuál ha sido el error de García Torres?
Ha errado el tiro dos veces en una sola afirmación:
Primero: el animal que aparece en la imagen que comparte, el zorzal común, no es un ave fringílida, y segundo: tergiversa la realidad equiparando la práctica del parany al uso de liga, cuando es correctamente practicado ni utiliza pegamento ni está prohibido por Europa. “La escopeta y el parany, son legales. Lo que no se puede utilizar es la liga, como tampoco la posta” —con ese símil Bayarri evidencia su legalidad.
El desconocimiento es total y, además, está faltando a la verdad cuando dice “en contra de las normas europeas…” porque eso no es cierto. Cuando no tienen argumentos frente a la verdad científica sacan el fantasma de Europa.
Un método selectivo y no masivo
APAVAL está luchando por lograr pruebas de campo del cesto malla, algo que ya se está llevando a cabo en Alemania y Austria con la regulación de la Unión Europea. La Universidad de Valencia, nos traslada Bayarri, ha presentado un proyecto a la Conselleria de Medio Ambiente para que el cesto malla se pruebe en el campo y sean técnicos ingenieros de montes, biólogos, y veterinarios los que comprueben que es un método selectivo ya que “permite liberar aquellas especies que no sean objeto de estudio” y no masivo porque “solo atrapa un ejemplar por cesto”.
Todo esto se hace avalado por Europa- a diferencia de lo que algunos medios están dando a entender, erróneamente, y el objetivo de APAVAL no es otro que sacar un informe donde quede constancia de que efectivamente se trata de “un método no masivo y sí selectivo, que se lleva a cabo a través de pruebas que no pone en peligro a los animales”.
La prueba de campo con cesto malla se ha aprobado en Cataluña, subvencionado por el propio gobierno, y ha dado un resultado óptimo, como lo haría en la Comunidad Valenciana. Es el claro ejemplo de que se trata de un método ético y eficaz a su vez.
Reunión tras reunión
En el día de ayer Miguel Ángel se reunió con la presidenta de la Diputación, Marta Barrachina (PP) para tratar el tema del cesto malla. La Diputación se ha comprometido a trabajar para conseguir la autorización de las pruebas del cesto malla por parte de la Conselleria de Medio Ambiente, cuya consejera es Salomé Pradas (PP).
El próximo martes tendrá una reunión con la presidenta de las Cortes de la C. Valenciana, Llanos Massó, y el consejero de cultura, Vicente Barrero (VOX); volverá a citarse el miércoles con Marta Barrachina, un encuentro en el que también estará, la consejera Salomé Pradas y por último, el jueves, se reunirá con el alcalde de Villareal, José Benlloch (PSOE). Una semana cuanto menos ajetreada.
¿Y si se logran las pruebas de campo?
En el caso de que las pruebas del cesto malla arrojen resultados positivos, Barrachina ha afirmado que la Diputación se comprometerá a establecer una línea de ayuda para facilitar la implementación de esta técnica en los “paranys”. Además, también se ha propuesto la firma de un acuerdo especial con APAVAL con el propósito de crear una escuela provincial. Esta iniciativa incluiría la organización de cursos y jornadas en diferentes municipios, todo con la meta de revitalizar una tradición que ha enfrentado desafíos durante varios años, generando una brecha entre generaciones.
En caso de que los resultados de las pruebas fuesen desfavorables, la Diputación tiene la intención de establecer una “cátedra científica”. Este organismo se concentraría en la investigación y el estudio detallado del método del “parany” con el objetivo de realizar investigaciones científicas para explorar otras vías que puedan llevar a la viabilidad y recuperación de esta práctica.