Así se salva a un buitre de morir enganchado en una valla
Primero critica duramente la política de la Administración de obligar a los ganaderos a incinerar o a depositar las reses muertas en recintos habilitados para tal fin para pasar a liberar a un ejemplar de buitre leonado que ha quedado atrapado en una de las alambradas que delimita un muladar.
Llamamos muladar a aquellos terrenos donde los ganaderos pueden dejar los cadáveres del ganado para alimentar a aves necrófagas y otros carroñeros. Pero la normativa puede convertirlos en trampas mortales para los animales a los que quiere ayudar.
Un cazador salva la vida de una especie protegida
La intervención de Jesús Ángel Rodríguez, encargado de una finca cinegética ubicada en la comarca de La Jara, territorio que abarca zonas pertenecientes a las provincias de Toledo, Ciudad Real y Cáceres, salvó la vida de una ejemplar de buitre leonado que había quedado atrapado por una pata en una valla metálica al intentar abandonar un muladar. Mientras transitaba por un camino forestal el cazador se percató de que un ave había quedado atrapada en la malla ganadera.
Nada más ver al ave, detuvo su vehículo para auxiliarlo. El buitre estaba agotada dado el gran número de horas que llevaba expuesto al sol y a los continuos intentos de liberarse de la trampa mortal. Los conocimientos de la fauna silvestre impidieron que el ave causara algún daño a su rescatador con su poderoso pico. Jesús utilizó un trapo para inmovilizar la cabeza de la rapaz y así poder liberarla con garantías. Una vez librada la pata del ave de la malla, fue devuelta a su medio.
El cazador también liberó un corcino enganchado a una alambrada
Jesús Ángel, pese a no encontrarse desempeñando sus funciones laborales, decidió una tarde de principios de agosto dar un paseo por el acotado junto a su pareja por el simple placer de contemplar la fauna silvestre. En el trascurso de la vuelta por los caminos del coto se percató de la presencia de una corza adulta en medio de una pista forestal.
El hecho de que estuviera sola y que permaneciera inmóvil pese a la cercanía del vehículo hizo sospechar a Ángel que algo había ocurrido con su cría. Al apearse de su coche comprobó que el corcino estaba atrapado por sus extremidades traseras en una alambrada. El cazador inmediatamente acudió en su ayuda. Una vez rescatado, fue devuelto junto a su madre, que lo esperaba a escasa distancia entre las jaras.
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